Los hosteleros se han hecho notar más que nunca por las calles de Zaragoza. En una mañana más propia del otoño que invitaba a sentarse en una terraza al sol y disfrutar de un vermú propio de domingo, han abandonado las barras de bar para decir «basta ya». Hasta aquí. Quieren trabajar, abrir sus bares y restaurantes y quieren hacerlo con un aforo que les permita hacer algo de caja, no abrir por abrir y a pérdidas. Y quieren atender a sus clientes sin que estén pasando frío en unas terrazas que, por muchas estufas que tengan, son heladoras. Menos hoy, que hacía día de calle.

La multitudinaria marcha de «hosteleros, hoteleros, ocio y autónomos» ha comenzado a las 11.00 horas en la plaza San Francisco y ha finalizado sobre las 13.00 horas en la de España, donde Horeca, Cafés y Bares, la Asociación de Autónomos y el ocio nocturno han revindicado el «derecho constitucional a trabajar».

Con una exquisita organización para mantener la distancia social de los participantes (se repartieron cuerdas con las medidas recomendadas que deben mantenerse), los distintos colectivos iban precedidos con sus respectivas pancartas, encabezada por una que rezaba S.O.S Hostelería y en la que se aglutinaron representantes políticos de PP, Cs y Vox.

La manifestación ha comenzado con puntualidad, a las 11.00 horas, y se ha desarrollado con cierta calma y silencio, salvo por los pitos y gritos que provenían desde la pancarta del ocio nocturno, en la que aparecía en grande el número 259, los días que llevan sin abrir. Una situación dramática que algunos han logrado sortear. «Nosotros abríamos desde las 18.00 horas hasta las 5 de la mañana y ahora tenemos que hacerlo por la mañana y hasta las 20.00, y gracias a que podemos montar siete mesas en la calle», explicaba Elvira Luño, propietaria del bar Motor Music 66. «¿Qué cómo lo llevamos? Pues arruinándonos y poniendo dinero de nuestro bolsillo», resumía.

En peor situación se encuentra Pepe Gil, propietario del Bar Fede, en La Jota, que después de 50 años al frente ha decidido cerrar. «Tengo cuatro mesas de terraza, así no se puede trabajar. Después de este año de pérdidas he decidido tirar la toalla, ya no puedo más. No veo que el Gobierno de Aragón vaya a tomar decisiones pensando en nosotros así que me rindo», comentaba minutos antes de lanzarse a las calles de la capital aragonesa para unirse al grito de «queremos trabajar» que se ha coreado durante todo el recorrido.

Desde la plaza San Francisco hasta la de España se han podido ver carteles en los que se podía leer Necesitamos ayuda ya, Voy a acabar pidiendo en la plaza del Pilar, Basta ya, No somos el problema o Sin feria no hay alegría. Unos mensajes que se completaban con cánticos como «ocio responsable» que eran aplaudidos por algún que otro espontáneo que se paraba para apoyar a los hosteleros o que se asomaba a la ventana como muestra de apoyo.

PLAN DE AYUDAS / Ya en la plaza España, donde muchos curiosos se han agolpado para acompañar a los colectivos, se han leído unos manifiestos en los que se ha exigido la ampliación de los aforos permitidos para el interior de los locales y un rescate real con ayudas y compensaciones complementarias a las restricciones, sobre todo para el ocio nocturno y el sector hotelero, que no parece que vaya a poder remontar en los próximos meses ya que siguen cerrados.

Ante un féretro con coronas de flores simulando la «muerte» del sector y tras guardar un minuto de silencio en recuerdo de los fallecidos por covid, los distintos colectivos han cargado contra el Gobierno de Lambán y la consejera de Sanidad, Sira Repollés, de quién han solicitado la dimisión.

«Los hosteleros y el ocio estamos contagiados por el virus SIRA», en referencia a la consejera. «Que explique el plan de contingencia que tiene para el ocio nocturno. No lo tiene y tiene que dimitir. Queremos pagar a un político que trabaje», ha declarado el representante del ocio nocturno, Alberto Campuzano, que ha asegurado que el Ejecutivo de Lambán «no es un gobierno del pueblo y para el pueblo». El presidente de Horeca España, José Luis Izuel, (también estuvieron los representante de las tres provincias) ha lamentado que los gestores políticos se hayan dedicado «a demonizar y culpabilizar a la hostelería y a arruinarnos».

Desde Cafés y Bares, José María Marteles ha asegurado que «la hostelería está cansada de tantas restricciones desproporcionadas y que no vienen acompañada de un plan de rescate». «Estamos desamparados y abandonados por parte de la DGA y hartos de que se nos señale como el principal foco de contagio. ¡Nuestros bares son seguros!, ha gritado. La representante de los autónomos, Maite Mazuela, le recordó al presidente aragonés que «no somos números, somos familias que queremos trabajar porque los autónomos no contagiamos, tenemos medidas de seguridad», ha clamado en un acto que dejó clara una cosa: los hosteleros no van a parar.