Algunos ya no se acordarán. Se llamaba la Educación General Básica (EGB). Los alumnos estaban en los colegios hasta octavo. Luego, con 14 años, marchaban al instituto. Luego llegó la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Con este invento los estudiantes del medio rural dejan el cole con 12 años.

Como consecuencia los colegios del cada vez más despoblado medio rural se vacían antes. Los alumnos salen de sus casas a las seis de la mañana, en algunos casos, montan en un autobús que recorre varios pueblos para así llegar al instituto. Regresan a sus casas a las cinco de la tarde, quizás antes. Depende. Esta es la realidad de muchos chavales de Aragón. Nada dramático, por otra parte, porque lleva pasando desde hace muchos años.

Pero el Gobierno de Aragón hizo excepciones, en los casos en los que los alumnos tenían que hacer más de una hora de recorrido en autobús o cuando había un buen número de estudiantes en el colegio. Entonces les dejaba permanecer en el pueblo hasta 3° de ESO. En este curso, con 14 años, como siempre, debían irse al instituto. Ahora esto ha cambiado. Por ley está prohibido que niños de Primaria compartan aula con otros de Secundaria. Un chaval de 11 años no puede estar con otro de 12.

Antes ya se frenó

Castellote (Teruel) es uno de esos casos en los que los alumnos de 1° y 2° de ESO permanecían en el pueblo. Eso cambiará en septiembre. "Ya se intentó tomar esta medida hace unos años, pero lo frenamos. Ahora ya no ha sido posible", recordaba ayer María Ángeles Carceller (PAR), teniente de alcalde de la localidad. Ella misma es madre de una estudiante que hizo el primer ciclo de Secundaria en el pueblo. "Salió muy preparada y cuando fue al instituto no notó apenas el cambio", explicaba.

Ahora las prioridades han virado. Algunos padres de Castellote ya llevaban a sus hijos en sus propios vehículos a Calanda. Una treintena de kilómetros por una enrevesada carretera separa las dos poblaciones. El Gobierno subvenciona a las familias que optan por esta vía. Se les pagan los desplazamientos y el comedor si es necesario. En Huesca se da incluso la opción de obtener una ayuda para permanecer interno en una residencia. Nadie lo ha pedido.

"Para nosotros es un paso atrás. Los pueblos se quedan cada vez más vacíos", decía ayer, casi con melancolía José Manuel Salamero (PSOE), alcalde de Boltaña. Lamenta que la consejería no haya abordado el problema en profundidad. Es decir, reordenar el mapa de la enseñanza en la comunidad, dotando de profesores de Secundaria a las poblaciones que lo precisen. "Al final se ha pensado solo en cuestiones económicas, se ha optado por medir el recorte en función del número de kilómetros que separan a unas poblaciones de otras. Nada más", indicó.

Hacer un nuevo mapa; dotar de profesores al medio rural; el tan cacareado equilibrio territorial de los discursos de salón. Eso dijo la consejera de Educación, Dolores Serrat. Pero al final todo parece haber quedado enterrado bajo una montaña enorme de números y de cuentas que tienen que cuadrar.