La huelga de los trabajadores del tranvía de Zaragoza ha comenzado este martes sin ningún tipo de afección importante para los usuarios. En la plaza de España, tan solo uno de los trenes dirección Valdespartera sufrió un retraso significativo, que no fue de más de 15 minutos. El resto de convoyes han funcionado, prácticamente, con las frecuencias habituales. Las temidas aglomeraciones no llegaron a producirse, si bien conforme ha ido avanzando la mañana el tráfico de usuarios iba aumentando. El hecho de que no haya clases en la universidad y de que muchos sigan disfrutando del parón navideño ha facilitado las cosas.

El primer tramo de la huelga estaba convocado de 8.30 a 9.00 y cuando el reloj marcaba las ocho y media pasadas la frecuencia estimada en los paneles informativos era de entre cuatro y seis minutos. Los andenes entonces estaban muy vacíos y dentro de los vagones había sitio para viajar sin preocupación. Los paros se repitieron entre las 14.00 y las 14.30 y las 19.30 y las 20.00 y así seguirán siendo de hoy en adelante. Los servicios mínimos, eso sí, serán menores en los días festivos y se han establecido en un 50% para los paros de la mañana y del 70% durante el mediodía y la tarde.

Para el comité de empresa las afecciones han sido las previsibles teniendo en cuenta los servicios mínimos que se han establecido, que son de hasta el 90% para los conductores en los días laborables. «Solo han retirado un tren por sentido en la media hora que dura cada paro, así que poco se podía notar», relató Pilar Fuentes, representante de los trabajadores que lamentaba que, en otros departamentos de la empresa, como en atención al usuario, también se hayan establecido servicios mínimos muy altos. «En los conductores podemos llegar a entenderlo, porque la gente no tiene que pagar el pato, pero no en el resto de áreas», dijo Fuentes. Desde la empresa, Tranvías Urbanos de Zaragoza, aseguraron que el seguimiento de los paros por parte de los conductores fue del 60% del total de trabajadores que podían hacer huelga y del 0% en otros servicios.

Entre los usuarios, a pesar de las pocos retrasos, las opiniones eran diversas. “Es cachondeo empezar el año con una huelga. Los demás tenemos que seguir yendo a trabajar. Que hubieran empezado ya antes. Vengo todos los días del pueblo y después tengo que coger el tranvía, y no puedo llegar tarde”, protestaba una joven, de nombre Alexandra. El miedo de muchos era que los retrasos provocaran aglomeraciones y esa era la principal queja de otra mujer, Pilar Laborda, que decía que ahora, “no es el momento”. “Es una vergüenza siendo como está el tema del covid”, lamentaba.

Muchos de los viajeros que bajaban de los trenes en plaza España por la mañana decían que ni habían notado la huelga: “Será porque estoy de vacaciones y voy con calma, pero no he notado nada. Sí que estaba un poco más lleno para la hora que es, pero he pensado que sería porque la gente bajaba al centro para comprar”, comentaba otra joven, Carlota Sen.

La negociación, estancada en tres puntos

Justo antes de las 9.00, a pocos minutos de que acabara la primera franja de paros, sí que comenzó a agolparse más gente en el andén, aunque muchos usuarios se mostraban comprensivos con los trabajadores de los tranvías de Zaragoza. “Todos hemos sido trabajadores y hemos tenido que luchar por lo nuestro, así que si tienen que hacer huelga que la hagan. Intentaremos venir un poco antes a la parada y ya”, explicaba un matrimonio, María y Juan, que iban al hospital.

El Miguel Servet era el destino de muchos de los usuarios del tranvía ya fuera por trabajo o por salud, así que muchos no lo dudaban: “Todo el mundo tiene derecho a la huelga. Voy a esperar, pero si veo que va lleno no me subiré. Voy andando que, total, tengo 20 minutos”, aseguraba Antonia. Entonces los convoyes ya llevaban más viajeros, pero nada que no se hubiera visto otros días, según aseguraba una joven, de nombre Patricia, que utiliza a diario este medio de transporte. "Hoy lo he cogido antes porque como mañana es festivo entro antes al trabajo, pero no sabía que había huelga. No creo que me afecte mucho pero otros días, porque lo cojo más tarde de normal, pero a la hora de entrar y salir del colegio es horroroso. Va todo lleno"

El conflicto laboral está encallado en tres puntos básicos, según sostiene la presidenta del comité de empresa, Pilar Fuentes: el incremento salarial, la reducción de la jornada laboral y la formación en horario laboral.