Los familiares de las víctimas del avión ucraniano Yak-42 siguen reclamando, más de un año después del accidente, la creación de una comisión de investigación que aclare qué pasó y por qué. Todos piden que se depuren responsabilidades y que se llegue hasta el final del asunto. Los últimos en alzar la voz han sido los hijos de los comandantes José Manuel Ripollés y Antonio Novo, Paty Ripollés y Diego Novo, que, en una carta abierta, dicen que exigirán "una y otra vez la verdad".

En la misiva, los jóvenes, de 16 años, responsabilizan al Gobierno del PP de los errores en la identificación de los cadáveres, ya que, aseguran, en su afán de "enterrar el escándalo y que no se revelaran más datos sobre la contratación de aviones basura" hicieron repatriar 30 cuerpos sin identificar, pese a saber que era necesario hacerles pruebas de ADN. Consideran que frases como "dejen en paz a los muertos", pronunciada por Aznar, sólo pretendían evitar que las familias pidieran someterse a esas pruebas.

Paty Ripollés y Diego Novo atribuyen la actuación del Ejecutivo de Aznar a la voluntad de "defenderse políticamente y eximirse de responsabilidades a cualquier precio". Por ello solicitan el apoyo de los partidos para que se cree una comisión de investigación parlamentaria que investigue los errores de identificación, la contratación de aviones basura y el ninguneo de las denuncias sobre el estado de las naves. También piden un nuevo funeral de Estado y un monumento en su honor.