La ciudad de Huesca aguarda en tensa calma el inicio de las fiestas patronales de San Lorenzo, a la espera de que a las 12:00 horas de mañana el estallido del tradicional chupinazo festivo salga disparado desde la balconada principal del consistorio y ponga patas arriba todo atisbo de tranquilidad.

Por elección popular, será el Hospital San Jorge, y en su representación la trabajadora sanitaria más antigua en plantilla, Asunción Lanao, quien dispare este año el cohete que desatará la locura festiva.

Los distintos escenarios festivos y los locales de las peñas ya están preparados desde hace algunos días, aunque las brigadas municipales todavía se desplazan de un lado a otro de la ciudad para dar los últimos retoques y asegurarse de que todo está preparado para funcionar de una forma correcta.

Verde albahaca es el color que domina ya una ciudad en la que las celebraciones religiosas y profanas se siguen combinando con normalidad, a pesar de la polémica decisión adoptada el año pasado por el equipo de gobierno municipal de no participar en actos religiosas.

La cabalgata que desciende, tras el chupinazo, desde la plaza consistorial hasta el centro de la ciudad en una ruidosa y multicolor vorágine de bailes, charangas y carrozas será el termómetro que marque el pulso vital de las fiestas.

A partir de ese momento, los chiringuitos callejeros, la plaza de toros, el refugio nocturno de las peñas, las ferias, verbenas y cualquier lugar de la ciudad serán escenarios de las fiestas.

Y una vez más, la tranquilidad de una ciudad de cincuenta mil habitantes se verá rota por el aluvión de visitantes que, año tras año, inunda cada hotel, cada calle y cada rincón.

Para eliminar los vestigios de las fiestas, los bomberos verterán diariamente en las calles de la ciudad decenas de miles de litros de agua, mientras que las brigadas de limpieza recogerán toneladas de basura.

Entre los conciertos esperados se encuentran los de Fangoria, Los Gandules, Rosendo, Love of Lesbian o King Africa, mientras que entre los toreros se aguarda a figuras como El Fandi, Ginés Marín, Padilla, Castella, Ponce o Paquirri, pero todo esto no cambiará la tradición que de una fiesta que da el protagonismo a la calle.

Vecinos y visitantes se sumarán a lo largo de siete días a las Fiestas de San Lorenzo, declaradas desde hace unos años de Interés Nacional, y contribuirán a generar un estruendo monumental que anuncia que Huesca está en fiestas.