Aprovechando la oportunidad que ofrecen los fondos europeos para financiar actuaciones en edificios públicos que revitalicen la economía, el Ayuntamiento de Huesca, la DPH y la Universidad de Zaragoza decidieron ayer solicitar fondos por valor de casi 14 millones de euros para rehabilitar en profundidad el edificio del antiguo seminario de la ciudad.

A través de este proyecto se intentarán mantener los actuales servicios públicos, educativos y científicos que acoge el edificio y además propondrán rehabilitar el entorno y crear nuevas zonas verdes, convirtiéndolo además en un nuevo foco de atracción turística.

Además, se impulsará el propio conjunto edificado, que incluye varios elementos históricos como la Iglesia de la Santa Cruz (declarada Bien de Interés Cultural), el claustro central y las fachadas principales de la plaza Universidad y de parte de la calle General Alsina (Bienes catalogados por el Gobierno de Aragón). Para ello se abrirá a la ciudadanía un espacio que cuenta con más de 2.000 años de historia.

La intención es que esta zona sea un polo de atracción de actividad y de ciudadanos gracias a la puesta en marcha de usos públicos de carácter social, cultural, administrativo y de investigación. Entre ellos se encuentran una biblioteca científica, salas de estudio, diferentes servicios relacionados con la Universidad o la sede de la biblioteca del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA).

También se rehabilitarán los cerca de 7.000 metros cuadrados que forman el entorno urbano del Seminario mediante la recuperación de espacios libres y ajardinados y se creará un mirador que permita admirar los elementos naturales y singulares que rodean la propia ciudad como la antigua muralla o la Sierra de Guara.

La rehabilitación integral de la edificación se llevará a cabo con criterios de eficiencia energética y bajo el concepto de consumo de energía casi nulo.

Por su parte, la plataforma en Defensa del Patrimonio Cultural reclamó que las actuaciones que se vayan a desarrollar sean compatibles con la conservación integral del mismo. «Está muy bien que se sanee, pero entendiendo por eso reparar goteras o cambiar ventanas, no derribar, pues eso es mutilar un monumento que debemos legar completo a la posteridad», defendió la portavoz Julia Justes.

Por otro lado, la comisión de Urbanismo aprobó de forma definitiva y por unanimidad la reparcelación del llamado sector de las harineras.

Cicatriz urbana

Esta modificación del plan general de ordenación recoge aspectos técnicos como que los edificios que se levanten en los solares tendrán menor altura o que los locales comerciales se concentrarán en las calles principales permitiendo que en las zonas interiores las plantas bajas puedan ser utilizadas como viviendas.

La concejala de Urbanismo, María Rodrigo, manifestó que esta nueva ordenación permitirá «el cierre de la gran cicatriz urbana» que desde hace 15 años supone el hueco dejado por las harineras.