El Ayuntamiento de Huesca reaccionó ayer de forma comprensiva ante el anuncio por parte del Ministerio de Defensa de que quedan suspendidos los actos previstos en la ciudad para la celebración del Día de la Fuerzas Armadas (FAS) el próximo 30 de mayo.

«Se va a pedir a Defensa que, puesto que el acto se pierde, se vuelva a elegir a Huesca para que lo acoja cuando se celebre la edición del próximo año», señaló ayer un portavoz municipal.

La capital, explicó, veía en el Día de las Fuerzas Armadas una ocasión única para proyectar su imagen en toda España, dado que se trata de un acontecimiento que concita una gran atención mediática.

«Era una oportunidad para hacer más visible la ciudad y, además, estaba prevista la presencia en la ciudad de Felipe VI, otro hecho trascendental en sí mismo porque iba a ser su primera visita como monarca», explicó la misma fuente.

Para la ciudad de Huesca, precisó, la pérdida del día de las FAS no se mide en términos económicos. «En ningún momento se enfocó el desfile como un acto turístico», subrayó. «Desde el principio se ha dicho que era un reconocimiento de Defensa a la ciudad por su cálida acogida a la instalación del cuartel general de la Brigada Castillejos», puntualizó.

De hecho, recordó, la idea surgió de la titular de Defensa, Margarita Robres, que quiso así premiar la actitud positiva de los oscenses hacia la llegada de un importante contingente militar.

«Es innegable que el nuevo cuartel convertirá a Huesca en una de las plazas fuertes dentro del nuevo esquema geográfico del Ejército de Tierra», manifestó el portavoz del consistorio oscense. La unidad militar que se afincará en la ciudad sustituirá a la que se hallaba situada en el cuartel Sancho Ramírez, centrada en la logística castrense, que fue trasladada en parte a Zaragoza dentro de los cambios realizados en la estructura organizativa militar.