Ibercaja cerró el ejercicio 2018 con un beneficio neto de 40,8 millones de euros, según comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los medidas emprendidas para limpiar el balance de activos tóxicos y el coste del último expediente de regulación de empleo han penalizado el resultado final del ejercicio, en el que el banco presidido por José Luis Aguirre, consiguió reducir los activos improductivos en un 26%. El descenso de las ganancias netas -el resultado del 2017 fue de 138,4 millones de beneficios- se produjo por en un contexto de tipos de interés en mínimos históricos, fuerte competencia en el mercado bancario minorista y transformación del modelo de negocio del sector.

La entidad aragonesa hubiera ganado 117 millones de euros, de no haber sido por los gastos del Expediente de Regulación de Empleo (-55,8 millones de euros), el impacto de la venta de la cartera de activos improductivos Cierzo (-31 millones de euros) y la elevada tasa fiscal efectiva (49,5% del beneficio antes de impuestos), señaló el banco en un comunicado.

Los activos problemáticos (créditos dudosos más adjudicados) descendieron en 1.090 millones, lo que equivale a un 26,4%, y el ratio de cobertura se sitúa en el 51,5%, frente al 47,9% del ejercicio anterior. Estos saneamientos se producen el año previo a la salida del banco aragonés a bolsa.

RECURSOS GESTIONADOS

La entidad bancaria mostró dinamismo en la actividad con clientes, tanto en recursos gestionados (+1,1%) y su diversificación (el 45% del total son ya fondos de inversión, fondos de pensiones y seguros de ahorro), como en la nueva financiación crediticia concedida, que creció a un ritmo del 4,9% interanual. Los ingresos recurrentes avanzaron hasta 948 millones de euros, un 2,2% más que el ejercicio anterior, procedentes principalmente de los ingresos vinculados a gestión de activos y bancaseguros, que crecieronn un 5,3% respecto al año pasado y suponen ya el 36,5% de los ingresos recurrentes de la entidad.

Los recursos de clientes totales administrados por Ibercaja alcanzaron los 57.011 millones de euros al cierre del 2018, 617 millones más que hace un año, lo que supone un crecimiento interanual del 1,1%. La ralentización del ritmo de avance con respecto a ejercicios anteriores se debe a la evolución de los mercados financieros, que restaron a lo largo de 2018 un volumen de 838 millones en esta partida. Excluyendo este impacto, los recursos de clientes crecen un 2,6% en el ejercicio, señaló la entidad.

La gestión de activos y los seguros de vida ahorro continúan siendo el motor principal de la actividad con clientes, con un incremento del conjunto de estas rúbricas del 1,6% interanual hasta los 25.519 millones de euros, lo que representa el 45% del total de recursos de clientes que gestiona la entidadñ. De esta forma, Ibercaja se posiciona a la cabeza de la banca comercial española.

CRÉDITO NUEVO

Por otro lado, el importe formalizado en nuevo crédito superó el pasado año los 5.700 millones de euros, un 4,9% más que el año anterior. El 69% del importe total se destinó a la financiación de empresas, segmento objetivo prioritario en el plan Estratégico 2018-2020, lo que supone un 4,6% de crecimiento respecto al ejercicio anterior.

En cuanto a las formalizaciones de nuevas hipotecas para la adquisición de vivienda de las familias, éstas sumaron 1.311 millones en el año, lo que supone un crecimiento del 9,7% respecto al mismo periodo del año anterior. En conjunto, el saldo de riesgo vivo de crédito en situación normal disminuye un 0,5% respecto a diciembre de 2017.

Las comisiones netas crecieron un 2,5% en el ejercicio hasta los 375,6 millones, impulsadas por los cobros asociados a la gestión de activos y los seguros, que representan el 57% del total de ingresos por comisiones.