El perro que causó graves heridas a un niño de cuatro años de edad en la pequeña localidad de Siétamo se encontraba en una finca vallada propiedad de los padres y en compañía de los dueños del animal, de una raza considerada potencialmente peligrosa.

Según informa la Guardia Civil, los padres y los propietarios del perro, posiblemente un pitbull, se encontraban en el interior de la propiedad cuando el animal se abalanzó sobre el menor y le causó graves mordeduras en brazos y piernas que obligaron a su traslado a un centro hospitalario.

El ataque se produjo el pasado 26 de abril pero no en ninguna calle ni zona de paseo de la localidad, como se denunció inicialmente, sino en el interior de la finca de los padres del menor atacado.

Los investigadores han podido determinar que el perro, ya identificado, tenía todas las vacunas en regla y el seguro obligatorio de responsabilidad civil en vigor, y que en ningún momento se hallaba en la vía pública sin control.

Este ataque generó un clima de alarma y de temor entre los vecinos de esta pequeña población altoaragonesa, ante la posibilidad de que aún corriera suelto por las inmediaciones de la población.

Tras permanecer ingresado por espacio de dos semanas, el niño fue dado de alta y trasladado al domicilio familiar en Siétamo, donde evoluciona favorablemente de las heridas sufridas.

En la búsqueda del animal se implicaron Guardia Civil y el propio ayuntamiento de la población, que prestó en todo momento apoyo a la familia.

LOS INVESTIGADORES DUDAN

La Guardia Civil se cuestiona que el niño de cuatro años trasladado a un hospital después de ser mordido por un perro de una raza potencialmente peligrosa en Siétamo (Huesca) fuera realmente víctima de un ataque por sorpresa y valoran la posibilidad de que en el momento de recibir las heridas estuviera jugando con el animal.

Así lo han manifestado a Efe fuentes próximas al caso tras revelarse que el supuesto ataque no fue en un espacio público del pueblo, como manifestó inicialmente el padre del menor, sino en una finca propiedad de la familia en la que también se encontraban los dueños del perro.

Al parecer, el padre, durante el transcurso de las pesquisas llevadas a cabo por la Guardia Civil, manifestó finalmente a los agentes que los hechos tuvieron lugar el pasado 26 de abril en el interior de su propia finca, mientras el niño jugaba con el can, posiblemente un pitbull.

Las fuentes citadas han destacado que las heridas corresponderían en su mayor parte más a los arañazos del animal, de grandes dimensiones, recibidos durante el juego, que a las mordeduras relatadas en la denuncia.

Admiten que el niño tenía un grave desgarro en uno de sus brazos, aunque apuntan a que el perro pudo causarlas al agarrar al niño en el momento en que su padre trató de apartarlo del animal, datos que los investigadores esperan que confirme el informe médico todavía por remitir desde el hospital zaragozano donde fue atendido.

El perro, ya identificado, tenía todas las vacunas en regla y el seguro obligatorio de responsabilidad civil en vigor, y que en ningún momento se hallaba en la vía pública sin control.

El conocimiento de que el supuesto ataque tuvo lugar en la finca familiar ha provocado malestar entre los vecinos de la población, donde existía preocupación de que el animal corriera aún suelto por los alrededores de la localidad.

Fuentes municipales han confirmado a Efe esta situación y han denunciado que los vecinos se han sentido "engañados" tras darse a conocer el lugar donde tuvo lugar el supuesto ataque y las condiciones en que se produjo.

Han admitido, sin embargo, que esta noticia ha calmado la situación y ha generado tranquilidad.

Con la identificación del perro y las circunstancias en que se produjeron los hechos, los agentes dan por concluida la investigación, aunque los dos testimonios contradictorios del padre serán remitidos a la autoridad judicial para su valoración.