El Gobierno de Aragón ha regulado el funcionamiento de las oficinas de turismo. Tendrán un año para adaptarse al nuevo decreto, más exigente y con más requisitos que cumplir, entre ellos, que los trabajadores hablen, como mínimo, un idioma. Además, y con el objetivo de potenciar el sector del turismo, ha diseñado un nuevo sistema informático de estadística que facilitará la recogida de datos para estudiar la demanda de los turistas y mejorar la oferta.

Este cambio de normativa tiene como objeto "poner en orden" las 117 oficinas aragonesas, explicó la directora general de Turismo, Elena Allué. Desde el Ejecutivo se busca la "excelencia" en la atención al público. Razón por la que los empleados recibirán cursos para mejorar sus conocimientos. "Tienen que actuar como si fueran comercializadores para motivar a los turistas a conocer el resto de Aragón", apuntó el consejero de Economía y Empleo, Francisco Bono. A partir de ahora se exigirá al personal estar formado en la materia y hablar idiomas,"cuantos más mejor", señaló el consejero.

Las oficinas tienen un año para adaptarse a los nuevos requisitos y formalizar una "declaración responsable" acreditando que cumplen la normativa para poder estar inscritas en el registros de turismo de Aragón y formar parte de la Red de Oficinas.

Entre las nuevas obligaciones se encuentra la participación en las reuniones de coordinación, planificación y revisión de la actividad que convoque el gestor de la red o la redacción de una memoria anual. Asimismo, cambia su horario de apertura. Como mínimo, tendrán que atender al público cinco horas al día y solo podrán cerrar un mes al año, siempre que sea temporada baja. Las que no cumplan con estas condiciones, se considerarán puntos de información.

Asimismo, comenzarán a utilizar un programa informático que permitirá sistematizar los datos para analizar la demanda y diseñar nuevas y mejores estrategias de turismo.