La antigua iglesia-fortaleza de Quinto, conocida como El Piquete, cuenta desde el viernes de la semana pasada con el primer museo de España dedicado a las momias. Se trata de 15 cadáveres momificados que aparecieron en su subsuelo en el año 2011, en el curso de unas excavaciones arqueológicas. Son siete niños y ocho adultos que fueron enterrados en el templo entre 1750 y 1830 y que aparecieron con ropajes y adornos fúnebres en buen estado.

Tres de los mayores fueron personas vinculadas a la iglesia, como acreditan sus vestimentas y el hecho de que fueran enterradas con la cabeza hacia el altar. Y en todos los casos se trata de personas de familias importantes, a tenor de la riqueza de su ropa y del hecho de que fueran inhumadas en el interior de edificio religioso y no en el cementerio civil situado en el exterior.

«Todas las momias están perfectamente conservadas, se trata del mejor de España en su clase», aseguró ayer Mercedes González, responsable del Instituto de Estudios Científicos sobre Momias, que intervino en una rueda de prensa en la Diputación de Zaragoza junto al alcalde de Quinto, Jesús Morales, y la delegada de Cultura de la institución provincial, Cristina Palacín.

La idea del ayuntamiento es que el museo de momias, junto con El Piquete, se conviertan en un foco de atracción turística que contribuya a dinamizar el municipio y la comarca de la Ribera Baja. «El primer fin de semana que ha estado abierto lo han visitado 330 personas, muchas de ellas de Zaragoza y de otros lugares de España, lo que demuestra el interés que ha despertado», destacó Jesús Morales.

El museo llega tras tres décadas de obras en la iglesia, que es municipal y se encuentra desacralizada. Hasta el momento, se ha invertido un millón de euros en su recuperación y en excavaciones arqueológicas. Una parte importante de los fondos vienen de la Diputación de Zaragoza y se ha contado con ayudas del Feader a través del Centro para el Desarrollo de las Comarcas del Mar de Aragón y Ribera Baja.