La Iglesia despliega su poder para tratar de dar carpetazo al caso del párroco de Borja, según informó ayer Radio Zaragoza. Por un lado, el obispo de Tarazona ha enviado una carta al director de la la Guardia Civil en la que se queja del "trato inadecuado" que recibe el sacerdote de los agentes que lo investigan. En la misiva lamenta el "daño irreparable" que sufre el estamento eclesial al mezclarse temas sexuales y de gestión y se menciona al Papa Francisco y su afán de justicia. Por otro lado, el vicario castrense ha hablado con altos cargos de la Benemérita y el caso ha llegado al ministro del Interior.