El norte de la provincia de Zaragoza casi roza los Pirineos. Además, puede presumir de que durante la Edad Media se levantaron numerosos monumentos románicos y góticos. La ruta propuesta por la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) para descubrir estos rincones, llenos de naturaleza y sobria arquitectura, comienza en Castiliscar. En el pueblo se puede encontrar una hermosa fortaleza y la iglesia de San Juan Bautista. Digna de admirar es su portada sur con importantes motivos decorativos y escultóricos. La ermita del Santo Cristo se dice que perteneció a una de las capillas del antiguo castillo. La talla románica del Cristo es considerada como pieza única en todo Aragón. Además, y como indicación para los viajeros más inquietos, es necesario puntualizar que la villa conserva un sarcófago de la época romana que trae de cabeza a los investigadores.

La cercana Sos del Rey Católico es de visita obligada, con una encantadora trama urbana medieval y espectaculares muestras de arquitectura, escultura y pintura mural románicas en la iglesia de San Esteban. Otros puntos de interés son los palacios de Sada y Gil de Sanz, la lonja y el Ayuntamiento. Por su privilegiada situación y su rico patrimonio (tanto artístico como natural), este municipio se ha convertido en uno de los más visitados de Aragón. Y no es para menos, como podrá comprobar el viajero que recorra sus calles con atención y una mirada puesta en las leyendas que las recorren.

En Navardún, la iglesia de La Asunción conjuga elementos románicos y góticos, también conserva castillo y una interesante casa consistorial. La fortificación sigue la tipología de torre exenta con recinto de defensa. Existen escasos ejemplos en España de este modelo, que tiene un origen franco británico. A pesar de ser un ejemplo tardío mantiene las características propias de estas atalayas, como la planta rectangular. Construida en piedra sillar, se levanta soberbia sobre una terreno de mallacán (un depósito endurecido de carbonato de calcio) y se ha ganado a pulso ser considerada una de las torres más impresionantes de Aragón.

Con la excavación y restauración integral realizada en el 2004 gracias a la intervención urgente de la DPZ, que es su propietaria tras la compra efectuada en 1986, se procuró devolver al castillo su aspecto original y habilitarlo para funciones culturales, con el centro de interpretación Navarra y Aragón. Reinos de Frontera. Es un interesante museo que se centra en las relaciones históricas entre ambos territorios, más que en la memoria de la historia local.

A orillas del pantano de Yesa se localiza Ruesta, en el camino de Santiago, con sus ermitas románicas de Santiago y San Sebastián. Imprescindible es el mirador de Vidiella por sus vistas sobre las montañas, las piraguas o los senderos en la naturaleza. Cerca se encuentran Artieda y Mianos, conjuntos de gran belleza en el uso de la piedra y herencias notables del Camino Jacobeo aragonés.

Órgano único

La ruta sigue por Sigüés, también sobre el Camino de Santiago, donde se levantan el antiguo hospital de Santa Ana y la parroquia de San Esteban. La ruta finaliza en Salvatierra de Escá, localidad con una iglesia de aspecto macizo, en las estribaciones del navarro valle del Roncal y rodeada de bosques de robles, hayas y pinos. La iglesia parroquial perteneció desde época medieval al monasterio de San Juan de la Peña y destaca por su aspecto exterior macizo y casi militar. Pero el interior sorprende al visitante. Toda la dureza de sus formas se convierten en serenidad y líneas armoniosas. El coro, el órgano (uno de los mejores ejemplos de organería barroca conservados en Aragón) y la sillería que alberga son tesoros escondidos y obras artísticas de referencia para la provincia.

Con el sacro sonido del instrumento se pone punto final a una ruta que recorre algunos de los parajes más hermosos de la provincia zaragozana. Leyendas, músicas y castillos que se difuminan en los valles pirenaicos.