El presidente aragonés, el socialista Marcelino Iglesias, se defendió ayer de las críticas de la oposición tras la cumbre hispano-francesa del pasado día 7 en Zaragoza. Iglesias destacó la importancia y los logros de la cita frente a la postura de PP, CHA, IU e incluso el PAR, que creen que no ha supuesto avances para Aragón.

En el pleno de las Cortes de ayer --sesión adelantada--, Iglesias pidió la palabra para hablar de la cumbre. En el debate, el popular Gustavo Alcalde, el nacionalista Chesús Bernal, el diputado de IU, Adolfo Barrena, y el aragonesista Javier Allué (aunque éste, en mucha menor medida) coincidieron en que el encuentro no sirvió para que Francia diera el esperado apoyo a la celebración de la Expo en Zaragoza. Y dijeron también que tras la cumbre el Canfranc ha entrado en vía muerta y los avances para el túnel de baja cota del Pirineo central (Vignemale) han sido mínimos.

Estas críticas han sido una constante desde el pasado día 7. Sólo el socialista Jesús Miguel Franco comentó que no reconocer "el éxito de la cumbre" es tener una visión muy reducida del juego político.

Iglesias rechazó estas consideraciones, subrayó que el principal logro de la cita fue que se han "deshelado" las relaciones entre España y Francia y que se ha celebrado en una región directamente afectada por las comunicaciones transfronterizas entre ambos. Aseguró que el Gobierno central está seriamente comprometido con el Canfranc y el Vignemale, e insistió en que Francia, pese a no dar un apoyo explícito a la Expo, sí respaldó esta iniciativa.