El presidente del Gobierno aragonés, Marcelino Iglesias, considera que el fin de la amenaza del trasvase del Ebro y la designación de Zaragoza como sede de la Exposición Internacional del 2008 son los dos grandes éxitos de un año "que marcará un antes y un después en la conciencia colectiva" de Aragón. Para el presidente aragonés, en este año se ha demostrado que los aragoneses "tenemos capacidad para afrontar los mayores retos".

En el tradicional discurso de Fin de Año, Iglesias califica de "etapa apasionante" la que se ha iniciado a lo largo del 2004. "Un nuevo tiempo que con la unidad y el esfuerzo hasta ahora demostrados, nos llevará al éxito", sostiene.

En el balance, el presidente aragonés considera que la elección del nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y "la tenaz pelea" de los aragoneses han posibilitado "el primer gran éxito colectivo" de este año: la derogación del trasvase del Ebro.

Asimismo, agrega Iglesias: "La Expo es el elemento de cohesión que necesitábamos para creer en nuestras posibilidades y para vernos reflejados en el resto de España como un pueblo con capacidad, con optimismo y con ilusión".

Además de la celebración de la Expo del 2008 en la capital aragonesa, Iglesias también se refirió ayer en su discurso anual a otros proyectos "emblemáticos" de la comunidad, como la Plataforma Logística de Zaragoza, la Plataforma de Teruel, Walqa, la Ciudad del Motor de Alcañiz o las obras ligadas a la llegada de la Alta Velocidad a Zaragoza. "Proyectos que ya están en marcha y mejorarán las posibilidades y la articulación de todo Aragón".

OPTIMISMO El presidente aragonés afirmó en un tono marcadamente optimista que el otro gran reto de la comunidad, el de las infraestructuras, "ya tiene fecha de ejecución". Y en este sentido, se refirió al futuro eje ferroviario que unirá el Cantábrico y el Mediterráneo pasando por Aragón. Aludió igualmente a "la deseada conexión" por ferrocarril a través del Pirineo Central, más conocido como proyecto del Vignemale. "La reciente cumbre hispano-francesa celebrada en Zaragoza, otro gran acontecimiento que hemos organizado en nuestra comunidad, ha permitido que la travesía central ya no sea sólo un empeño de los aragoneses".

Iglesias también se refirió a uno de los problemas "más importantes que sufrimos en este tiempo: los accidentes de tráfico". Y subrayó con contundencia: "No es aceptable que en una sociedad avanzada y moderna, cada fin de semana haya familias rotas en Aragón. Y lo que es peor, que no reaccionemos con decisión frente a este grave problema".