POR

ADRIANA OLIVEROS

Estamos todos contra el fuego. Pero algunos arriman el hombro más. Véase la nueva remesa de voluntarios que partió ayer a dar el callo a los campos de trabajo de Canfranc, Echo, Albarracín, Maestrazgo, Guara y Benasque. 143 chavales y no tan chavales que fueron despedidos en los jardines de Presidencia de la DGA, en Zaragoza, esta semana. Ahí estaban, para hacer los honores, el secretario general de Medio Ambiente, Luis Marruedo, el jefe de la Obra Social de Ibercaja (que patrocina), Román Alcalá, su segunda de a bordo, Cristina Miranda, y Eduardo Ruiz y José María Escribano, que son los responsables de ABC Stadium, empresa delegada de organizar los campos. Y coordinadores de la actividad, algunos ya veteranos (María Cajal, Eva Moreno, Javier Calvo y Carlos Gisbert) y otros novatos en el cargo (Carlos Languil, Daniel Martín, Jesús Sabonero y Carlos Melendo). Uniformados y dispuestos para su destino, dedicaban los voluntarios los últimos momentos a departir en corrillo. Juntos, pero no revueltos. José Ignacio Ortiz recordaba su experiencia del 2003, que le ha hecho repetir en Echo. Rosa García, también veterana, definía el campo de trabajo como "unas vacaciones pagadas", una experiencia que las novatas Hannelore Lapeña, Silvia Mallor y Vanesa Lobato, están deseando disfrutar. Y para hacerlo, no hay más que empaquetar al peque rumbo a campamentos y embarcarse hacia Canfranc, siguiendo el ejemplo de María Jesús Valverde y Pedro Esteban, mujer y marido y voluntarios ellos. Se los encontrarán en el monte, intentando informar, encuestar y prevenir incendios. Háganles caso. Háganse voluntarios. Que cómo decía Sánchez Ocaña...