La juguetera aragonesa Imaginarium vuelve a ver la luz y se prepara para reemprender la senda de crecimiento tras un profundo proceso de reestructuración. La compañía estuvo a punto de entrar en un proceso de disolución hace algo más de dos años tras una arriesgada y polémica gestión del fundador y anterior presidente, Félix Tena Comadrán. La caída se salvó con la llegada de un grupo de inversores internacionales capitaneados por el abogado costarricense Federico Carrillo Zurcher, que ahora lleva la riendas de la empresa. Los nuevos propietarios dan por completado el ajuste interno y confían en abrir una etapa de florecimiento que incluye la apertura de nuevos establecimientos este mismo año, prioritariamente en España y Portugal. El plan de negocio contempla que se abran un mínimo de 10 tiendas.

El punto de inflexión del cambio de trayectoria se dio el pasado 1 de febrero con el inicio del nuevo ejercicio fiscal, en el que prevé volver a los números negros tras siete años en rojo en los que ha acumulado un abultado volumen de pérdidas. Las cuentas del 2018 aún no se han publicado pero fueron también negativas.

Los nuevos gestores han tenido que aplicar cirugía mayor para encauzar la delicada salud de la compañía. El problema más acuciante era el financiero. Tras negociar con los bancos, la deuda se ha reestructurado y reducido de 40 a 10 millones de euros, gracias a una quita de 24,7 millones. Del importe pendiente, cuatro millones se deben abonar en los próximos años y otros seis millones dependen de los resultados de la empresa. «La presión de los bancos ya desapareció», asegura Carrillo en una entrevista concedida a este diario.

La otra gran herida venía de los proveedores, que dejaron de suministrar producto por los impagos, un situación que ya se ha resuelto tras alcanzar 126 acuerdos de repago con las diferentes fabricantes asiáticos.

VOLVER A LOS ORÍGENES

A nivel interno, Imaginarium ha aplicado ajustes drásticos para dimensionar su tamaño y adaptarlo a su realidad económica. La plantilla se ha reducido de 721 trabajadores del 2017 a los 323 actuales y el número de tiendas, de 360 a 130, de las 78 están en España y 18 en Portugal. El 60% son tiendas propias y el resto de franquicia. El recorte en la alta dirección también ha sido tajante: de las 14 vicepresidencias que tenía Tena a solo tres coordinadores de departamento. En paralelo, la empresa estudia abandonar este mismo año la bolsa, donde cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

Federico Carrillo, que ejerce como director general, está convencido de que lo peor ya ha pasado para la empresa, a la que sigue viendo con grandes oportunidades de crecimiento si se aferra a la vocación originaria de su modelo de negocio: los juguetes con valor. «Si eso se logra, Imaginarium será fuerte y rentable», sentencia.