La Guardia Civil ha imputado a un vecino de la localidad zaragozana de Luceni como presunto autor de un delito de desórdenes públicos al comunicar la falsa colocación de un explosivo en un establecimiento hostelero de Aínsa. El imputado, identificado con las iniciales J.A.R.R., de 50 años, dio un supuesto aviso que hizo que se activara un amplio dispositivo de seguridad, hasta que la Guardia Civil determinó que no existía ningún artefacto.

En la llamada, recibida el pasado 6 de septiembre a las 12.45 horas, se informaba de la existencia de un artefacto que haría explosión a las 14.00 horas, según recordó ayer la Guardia Civil en una nota de prensa. En el mismo momento en que se tuvo conocimiento de la amenaza, distintas Unidades de la Guardia Civil de Huesca y Zaragoza comenzaron una investigación y averiguaron que la llamada se había realizado desde una cabina del barrio zaragozano de Casetas.

REPRESALIA Los agentes determinaron que el supuesto autor de la llamada era un hombre cuya pareja había estado trabajando en el establecimiento en el que tuvo lugar la amenaza, y donde había finalizado recientemente su relación laboral. Tras recibir la llamada, la Comandancia de Huesca activó un dispositivo para desalojar a los trabajadores y personas que en ese momento se encontraban en el edificio y se estableció un perímetro de seguridad de unos 150 metros para impedir el acceso de vehículos o personas, por lo que quedó cortada la carretera N-260 a su paso por Aínsa.

UNIDAD CANINA El equipo de especialistas en búsqueda y localización de explosivos realizó un rastreo junto a la unidad canina, ambos con resultado negativo. Sobre las 15.10 de ese día se procedió a restablecer la circulación en las calles adyacentes y al realojo de las personas que habían sido desalojadas.

Una vez finalizadas las diligencias instruidas por el Grupo de Información de Huesca, se han entregado en los juzgados de Zaragoza.