Un joven de 26 años fue detenido en la localidad zaragozana de Épila imputado por tres delitos de maltrato animal. El hombre, al parecer, cometió vejaciones contra sus mascotas dejando morir de inanición a sus dos perros. Además, poseía un caballo que sufría claros síntomas de desnutrición y abandono. Asimismo, se le han interpuesto 21 infracciones administrativas a la ley de protección animal y a la de residuos y suelos contaminados

Fuentes de la Guardia Civil explicaron que agentes del Equipo Roca y de la Policía Judicial de La Almunia observaron el pasado 1 de julio en el interior de una pequeña parcela situada en el enclave de los Cabezos un caballo blanco extremadamente delgado, desnutrido, con signos de abandono, sin alimento y rodeado de excrementos y basura. También hallaron el cuerpo de los dos canes. Posteriormente, los agentes avisaron al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Tarazona y a veterinarios de la Oficina Comarcal Agroalimentaria (OCA), que acudieron al día siguiente. Sin embargo, comprobaron que el caballo blanco localizado el día anterior no estaba en la parcela y que en su lugar había uno de color marrón.

Además, al leer el microchip a los animales se comprobó que uno de los perros no figuraba en la base de datos como robado, desaparecido o dado de baja, y con los datos obtenidos la Guardia Civil localizó a su propietario, el joven español de 26 años que residía a escasos metros.

El acusado dijo a los agentes en su defensa que ese lugar no era suyo y que lo utilizaba para albergar a sus animales y agregó que había vendido el caballo blanco hacía unos días, y que el animal ya no estaba en la localidad. Aun así, los agentes del Seprona exigieron al joven la documentación relativa al traslado del equino, y en ese momento afirmó que el caballo estaba en un lugar muy cercano. Los agentes se trasladaron a ese lugar para comprobar el estado del animal.

Del examen realizado posteriormente se determinó que el animal se encontraba en muy malas condiciones y con claros síntomas de inanición. De este modo, se confirmaron las pésimas condiciones en las que se encontraba el animal en su anterior finca.