La Guardia Civil ha detenido al autor de un presunto delito contra la salud pública y otro sobre la protección de la flora y fauna. El detenido llevaba 761 kg de siluros y carpas, provenientes de la pesca furtiva.

La Policía Local de Zaragoza, durante un control rutinario, halló el martes a las 19.30 horas una furgoneta que llevaba una gran cantidad de siluros y carpas. Los agentes se percataron de lo sucedido tras un fuerte olor a pescado que provenía del vehículo. Parte de estos ejemplares se encontraban en el interior de sacos de rafia y otros fuera de estos, apilados unos encima de otros, alguno de los cuales todavía se mantenía con vida.

Así los agentes de la Policía Local solicitaron la presencia del SEPRONA de la Guardia Civil de Zaragoza. Una vez allí, la Guardia Civil observaron que la mercancía había sido capturada con artes de pesca prohibidos, ya que para la captura de ese número de ejemplares es preciso o bien el uso de pesca eléctrica o redes, siendo estos métodos no permitidos. Además ninguno de los peces mostraba heridas en la boca que hubieran sido producidas por métodos legales de pesca con caña.

Durante la inspección del vehículo se localizaron en los asientos delanteros y traseros de la furgoneta varias prendas de vestir manchadas de barro y un fuerte olor a pescado, así como albaranes de compra de 30 sacos de hielo escama, presuntamente para poder mantener el pescado fresco.

Además se pudo comprobar cómo dicha furgoneta había sido alquilada a nombre de un conocido del conductor que ya fue investigado por la Guardia Civil en septiembre del pasado año por hechos similares. Todo ello tras intervenir más de 2700 kg de las mismas especies en una nave de San Juan de Mozarrifar. Tras preguntar al conductor del vehículo por la procedencia y destino de los ejemplares, este comunicó a los agentes haberlos encontrado en el río Ebro y que los trasladaba hasta su domicilio, ubicado en Zaragoza, para consumo humano.

Hasta el lugar de los hechos se trasladó un Inspector del Departamento de Salud del Gobierno de Aragón quien, tras verificar la mercancía, determinó que no era apta para consumo humano y que existía un peligro grave para la salud pública, por lo que se decretó su total destrucción. Tras el pesaje de los 14 siluros y 111 carpas, todos ellos de grandes dimensiones, este ascendió a 761 kilogramos.

Por todo lo anterior la Guardia Civil procedió a la detención del conductor de la furgoneta, tratándose de un varón de 29 años, nacionalidad rumana, al que se le imputó un delito contra la salud pública y otro relativo a la Protección de la Flora y la Fauna. Este miércoles pasó a disposición judicial.