Un aparatoso incendio se desató ayer en la empresa Envases y Embalajes Romero de Miralbueno,y consumió la parte de triturado de palés del complejo, dedicado al reciclaje de estos. La rápida intervención de los Bomberos de Zaragoza, que acudieron tan solo ocho minutos después de recibir la llamada del propietario --a las 7.43 horas--, impidió que el fuego adquiriera mayores proporciones, ya que el foco del incendio estaba próximo a zonas "de gran carga de combustibilidad", según explicó Iñaki de Bérriz, sargento de Bomberos y encargado del operativo. Entre esta carga había un depósito de gasoil. Ni el sargento ni el dueño de la empresa, Luis Romero, ofrecieron ayer hipótesis sobre el origen del siniestro.

Los primeros en darse cuenta de que algo iba mal fueron los trabajadores que iban a entrar ayer, a las siete y cuarto de la mañana. Las llamas no llegaron a ser visibles desde el exterior, pero una espesa columna de humo negro les recibió a la entrada. Inmediatamente dieron aviso al propietario, que a su vez llamó a los Bomberos.

EFECTIVOS Estos desplazaron cinco autobombas, una ambulancia, dos vehículos de mando uno de apoyo, además de los que acudieron durante toda la jornada a refrescar los rescoldos. La violencia de las llamas, alimentadas por las virutas y las astillas, hizo que se concentrara gran cantidad de humo en el recinto, sin derribar el techo, por lo que los Bomberos tuvieron que acometer turnos intensivos de 20 minutos para atacar el fuego.

Finalmente, el incendio afectó a unos 400 metros cuadrados, de los 1.750 con los que cuenta la instalación. Sin embargo, el espacio calcinado es la zona de triturado de madera, vital para la actividad de la empresa. Ardió una tolva, una cinta transportadora y el vehículo sobre el que se apoyaba, además de herramientas. Como explicaba Luis Romero, será difícil que puedan volver a la actividad a corto plazo. "Lo intentaremos, pero lo veo muy mal", lamentaba.

En sus 34 años de vida, la empresa --que cuenta con 17 trabajadores, incluídos él y sus dos hijos-- de reciclaje de madera nunca había sufrido un desastre de esta naturaleza, y Romero no se explicaba ayer qué había podido pasar. "Precauciones tomamos todas las del mundo, a las siete de la tarde nos fuimos y estaba todo normal. Apagamos las luces, dejamos las máquinas limpias... No sé qué ha podido pasar", contaba.

La única buena noticia de la jornada fue que los Bomberos rescataron y atendieron a los dos perros guardianes de la empresa. Una de ellas, Luna, no apareció hasta las 11.30, y a esas alturas se temían lo peor.