Un «despliegue tremendo» de medios aéreos y terrestres, en palabras del alcalde de Fanlo, Horacio Palacio, consiguió ayer extinguir el incendio que desde la tarde del martes amenazaba el perímetro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Sobrarbe.

Las llamas lograron entrar en la zona protegida, en el valle de Añisclo, pero solo afectaron a una franja sin apenas vegetación. De hecho, el fuego se cebó desde el principio en una ladera cubierta de boj y erizón y en ningún momento se propagó a terreno arbolado. En total, destruyó entre 80 y 90 hectáreas de monte bajo.

El Gobierno de Aragón informó de que en la madrugada de ayer, tras las acciones iniciales de las cuadrillas terrestres, comenzaron a incorporarse diversos medios aéreos, hasta sumar un total de 11 aeronaves. Asimismo, los efectivos destacados en el monte sumaron ocho grupos, incluyendo los refuerzos incorporados ayer.

Las causas del incendio son objeto de investigación, pero Horacio Palacio subrayó que «hacía mucho tiempo que no se conocía un verano tan seco». Esa circunstancia favoreció que en la noche del martes las llamas avanzaran con extraordinaria rapidez, ayudadas además por el aire que sopló a esas horas.

TERRENO PELIGROSO

El alcalde de Fanlo pidió desde el primer momento que se emplearan en la extinción medios aéreos debido a la «peligrosidad» del terreno. «Se trata de una zona de lapiaz que está cubierta de vegetación que oculta las grietas, por lo que si andas por ahí te expones a caer en una hendidura», explicó el regidor.

Esas mismas grietas, señaló Palacio, actuaron a modo de chimeneas que produjeron columnas de humo de 20 y 25 metros de altura. Los helicópteros enviados a Fanlo vertieron numerosas cargas de agua para apagar el fuego, y otro tanto hicieron los hidroaviones, que se centraron en el evitar el avance de las llamas.

De esta forma, el fuego quedó controlado sobre las cuatro de la tarde de ayer, si bien todavía había que sofocar el humo que salía de los troncos calcinados.

«Ha llovido, pero la lluvia ha llegado tarde, cuando ya estaba apagado el incendio», comentó el alcalde, en referencia a las tormentas que descargaron «a corros» en la ladera afectada por el incendio.

Al lugar del siniestro se desplazaron numerosos representantes de las instituciones, desde la DGA a la Diputación de Huesca, pasando por los responsables de la comarca de Sobrarbe.

En la tarde de ayer, el Gobierno de Aragón emitió un comunicado en el que señalaba que, según los primeros cálculos, se quemaron unas 80 hectáreas de matorral y el incendio apenas tocó una pequeña faja no arbolada del parque nacional.

A media mañana, añadió, se cerraron los accesos al cañón de Añisclo para dejarlos libres y a disposición de los medios de extinción, pero hoy estarán abiertos con normalidad, con lo que las afecciones a los numerosos senderistas y escaladores que recorren la zona estos días serán mínimas.

RETÉN DE VIGILANCIA

A media tarde de ayer, una vez retirados los medios aéreos, sobre el terreno siguieron trabajando brigadas del Gobierno de Aragón y del Mapama (cuatro cuadrillas) con el objetivo de dar definitivamente por extinguido el incendio a lo largo de la tarde. Por la noche ha permanecido en el lugar un retén de vigilancia.

Las causas del siniestro todavía se están investigando, indicó la DGA, que no se pronunciaba sobre el papel que ha podido desempeñar la prolongada sequía estival en el Pirineo.