Solo han pasado diez días del comienzo del año y ya se ha registrado la primera quema de contenedores en la capital aragonesa. Tuvo lugar ayer, en el barrio de Santa Isabel y afectó a tres vehículos estacionados en las proximidades y a la fachada de una casa.

Los Bomberos de Zaragoza fueron activados por la sala del 080 sobre las 00.30 horas. Estaban ardiendo tres depósitos situados en la confluencia entre las calles Santa Nunila y Brazal Pelegrín.

A pesar de los daños materiales, no hubo que lamentar heridos. Gracias, en parte, a que este acto vandálico se produjo en invierno, por lo que no hay el peligro de inhalación de humos de temporadas estivales cuando es habitual en muchos hogares el dormir con las ventanas abiertas.

En el 2019 ardieron 180 contenedores con un coste a las arcas municipales de 156.723 euros, según datos del Ayuntamiento de Zaragoza. En los últimos diez años ardieron en la ciudad 908 depósitos y de más de 2 millones de euros gastados.

Estas quemas han disminuido sustancialmente desde el 2010, cuando fueron quemados 380 contenedores. En los últimos años la situación está estable. En el 2017 ardieron 154 contenedores, 172 en el 2016 y 197 en el año 2015.

Según la empresa que se encarga de su gestión, mantenimiento y reposición, FCC, no existe un patrón definido ni una zona en la que se produzcan más siniestros, pero sí admite que puede haber oleadas. Según el jefe de servicio de FCC, Francisco Menénez, trataron de hacer un mapa de siniestros para estudiar posibles medidas disuasorias, pero los actos vandálicos no siguen ninguna lógica.

La concejal popular, Natalia Chueca, baraja la posibilidad de incorporar a los contenedores tecnología que detecte los cambios de temperatura para que bomberos actúe con rapidez.