El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha determinado que dos de los últimos incendios de mayor relevancia en Huesca, los de Alcampell y Hoz y Costean, tuvieron un origen fortuito, y se originaron por sendos vehículos.

En el primer caso, la investigación de los agentes de Binéfar y de Tamarite de Litera permitieron acreditar que el fuego declarado en Alcampell el pasado 7 de julio se debió a la rotura de un eje de un remolque arrastrado por un vehículo. Al caer la parte trasera sobre el asfalto produjo chispas, que incendiaron la maleza existente en el arcén. Debido al calor extremo y a las fuertes rachas de viento que había en ese momento, el fuego se propagó rápidamente y llegó a quemar una gran cantidad de terreno, lo que conllevó la intervención de varios hidroaviones, helicópteros y más de 60 personas.

Por otra parte, la noche del 12 de julio se produjo un incendio en el despoblado de Guardia del término municipal de Hoz y Costean, que acabó con la destrucción de las pocas casas que quedaban en pie de la localidad.

El Seprona, determinó que esa noche se desplazaron al municipio varias personas aficionadas a la fotografía para tomar imágenes nocturnas del campanario. Su vehículo tenía una fuga de combustible que no conocían, y el líquido derramado provocó la autocombustión del pasto y el consiguiente incendio. Los fotógrafos trataron de apagarlo, pero la virulencia de las llamas hizo que tuvieran que salir del lugar tras dar aviso al servicio de emergencias para que acudiera a la zona a sofocarlo.