Aragón roza ya los 2.000 fallecidos por coronavirus desde que comenzó la pandemia. Tan solo en la última semana, 191 personas han perdido la vida en la comunidad por el covid, 60 más que la semana pasada. La cifra, de récord, solo es comparable con los números que se dieron en la primera ola de la pandemia. Entonces, en marzo y abril, morían de media entre 31 y 36 personas al día, mientras que en los últimos siete días esa cifra es de 27.

La mortalidad, que se mantiene en el 3%, no crece, pero la mayor duración y la incidencia de la segunda y la tercera ola han hecho que Aragón ya registre más fallecidos desde que comenzaron los rebrotes que en primavera. Antes de la llegada del verano, una vez se levantó el confinamiento domiciliario, el saldo de fallecidos que dejó el covid en Aragón no superaba los 900. Ayer la DGA fijaba ese dato en 1.969 personas. En el conjunto de España esta situación solo se ha dado en otras dos comunidades autónomas (Asturias y Murcia), además de Ceuta y Melilla.

Del total de fallecidos, 1.100 pertenecen a las residencias de la comunidad (el 55%). El colectivo de los mayores y los asilos siguen presentando una mortalidad mayor que la del conjunto de la sociedad y la situación, según la responsable política de estos centros, María Victoria Broto, «sigue siendo complicada». Eso sí, aunque la cifra de fallecidos en las residencias siga aumentando en general, es menor que en la primera ola. Entonces, de los casi 900 muertos que hubo en total en Aragón, el 80%, es decir, cuatro de cada cinco, eran mayores internos en geriátricos (760). Ahora, desde que comenzó la segunda ola de brotes, han perdido la vida en estos centros 318 personas.

Así pues, mientras la comunidad registra más muertos ahora que en marzo, abril y mayo, porcentualmente el número de fallecidos en los asilos ha disminuido. Según explicó el director general de Salud Pública de la DGA, Francisco Javier Falo, de ese 80% se ha pasado al 33%: uno de cada tres muertos registrados son ancianos internos. Así, la lectura positiva es que se ha conseguido rebajar la letalidad (fallecidos por número de residentes contagiados) en los asilos del 36,1% que se registró hasta el 31 de mayo hasta el 12,3% que se dio ayer. La segunda lectura, y la realidad, es que muchos aragoneses siguen muriendo aunque no estén internos en un asilo. «Hay que proteger del impacto de la pandemia al sistema sanitario y a la población más vulnerable, es decir, a los mayores que están en una residencia», dijo Falo.

La situación, aun así, sigue siendo preocupante en muchas residencias de Aragón, como la de Martín del Río, Borja (donde ayer trasladaron a nueve residentes al centro covid de Casetas) y Cedrillas. Por esta cuestión, la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, anunció ayer la adquisición de 10.000 test de anticuerpos, los conocidos como test rápidos. Estas pruebas se repartirán en los centros asistenciales de la comunidad para que, cuando un interno presente síntomas o se localice un contagio, puedan separarse los positivos de los negativos lo antes posible.

Asimismo, Broto anunció ayer que el centro covid de Casetas se va a ampliar con 12 camas más, por lo que podrá acoger hasta 88 ancianos. Este dispositivo intermedio recibe pacientes con coronavirus de los asilos aragoneses, mientras que Yéqueda y Gea de Albarracín, los otros dos centros covid, reciben ancianos sin el virus que proceden de residencias con muchos contagios. Desde el mes de julio han pasado por estos centros 475 personas, mientras que durante la primera ola atendieron a 522.

Broto también informó de que hasta la fecha se han realizado 160 inspecciones desde la DGA a los asilos de la comunidad. El objetivo es comprobar que se siguen los protocolos y asesorar a los trabajadores de estos centros. La consejera de Ciudadanía reconoció entonces que durante la primera fase de la pandemia las residencias «no contaron con el material de protección necesario, pero ahora sí que hay y es importante utilizarlo». En los últimos días, diez centros han solicitado listados para contratar personal.

En estos momentos, en las residencias de mayores de Aragón hay 85 brotes abiertos, que afectan a 1.461 residentes y 498 trabajadores, todos ellos positivos en coronavirus. En siete de estos centros solo hay afectados residentes, en 31 solo trabajadores y en 47 residentes y trabajadores. El 45% de los casos se concentran en diez centros. Actualmente hay 112 personas de centros residenciales que se encuentran ingresadas en hospitales de la comunidad.

«La situación sigue siendo muy preocupante. Las medidas están empezando a tener efecto, pero esto es una cadena de responsabilidad. Tenemos que ir todos a una», aseguró al inicio de su comparecencia la Consejera de Sanidad, Sira Repollés.