La intención de cerca de 300 ganaderos catalanes de traer a tierras aragonesas los purines de sus explotaciones ha causado preocupación en la comunidad. El Plan de Residuos Ganaderos 2003-2007, aprobado en el 2002, no incluye la posibilidad de que otra comunidad importe a Aragón este tipo de residuos, altamente contaminante para el Medio Ambiente. Sin embargo, la DGA advirtió ayer de la existencia de instrumentos legales para actuar en caso de detectarse alguna irregularidad.

El consejero de Agricultura y Alimentación, Gonzalo Arguilé, mantendrá una reunión con su homólogo catalán, Antoni Siurana, para tratar la situación. No obstante, el Ejecutivo aragonés negó ayer que haya recibido petición alguna de criadores de Cataluña.

Sindicatos, productores y partidos políticos aragoneses se unieron ayer alertando del desastre ecológico que esta importación supondría, sobre todo para las comarcas del Bajo Cinca y La Litera. UGT-Aragón recordó que en La Litera se produce una media de 52 toneladas anuales por habitante de purín. El responsable del sector porcino de UAGA, José Ramón Panillo, denunció ayer que "como contrapartida a los beneficios de Cataluña por la transformación del cerdo criado en Aragón, esta comunidad recibe los residuos".

Por su parte, Chunta denunció que en las zonas vulnerables a la contaminación de aguas por los nitratos no figuren La Litera y el Bajo Cinca, y que no haya declarada una zona de "sobrecarga ganadera".