Tinder, Badoo, Meetic, Grindr y Edarling. Estos son solo algunos de los nombres de las aplicaciones de citas más utilizadas en España. Su uso se ha disparado en los últimos años, al tiempo que también lo han hecho los diagnosticos de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en el país. Su relación «a ciencia cierta» no se puede demostrar, ya que cada caso de infección que figura en el sistema no se específica de dónde proviene, pero las autoridades sanitarias alertan de que el boom en los últimos años de aplicaciones de citas como Tinder y Grindr constituyen uno de los factores a tener en cuenta.

Su eclosión ha facilitado y multiplicado los encuentros sexuales más o menos esporádicos, lo que no debería implicar un incremento de las ITS. El problema, según los especialistas o portavoces de los colectivos como Omsida, es que muchos usuarios «no toman las medidas de protección» necesarias. «El uso de las aplicaciones influye mucho en el modelo de las relaciones sexuales, eso es evidente. Las casos han aumentado, se tiene sexo sin protección y somos conscientes de que algo está pasando», asegura Juan Ramón Barrios, presidente de Omsida Zaragoza.

La soledad, la falta de autoestima o el poder recibir afecto de forma rápida son algunas de las causas que han podido llevar al incremento de usuarios de estas aplicaciones. «Cuando alguien busca esto se valora la cantidad más que la calidad. Da igual que sea algo frío, que no haya cariño. Es, como se dice vulgarmente, un aquí te pillo, aquí te mato. Es un modelo de relación puntual», señala. Barrios, que asegura que el «miedo» al VIH de hace décadas «ha desaparecido», detalla que este año en la sede de Omsida Zaragoza han detectado un «considerable aumento» de los casos.

Han realizado ya en los cinco meses de este año 233 pruebas de VIH y han detectado 10 positivos, mientras que el año pasado se registraron 11 positivos a lo largo de doce meses.

CADA VEZ MÁS TEMPRANO

Hay algún usuario de estas app de citas que preguntan a sus contactos por su historial médico. Algunos como Marta (nombre ficticio para no ser identificada) han llegado a pedir los últimos análisis sobre infecciones después de que un chico que conoció por Tinder le contagiara la clamidia. «No solo yo me hago análisis periódicos, sino que también pido que ellos se los hagan y me comenten los resultados», dice.

Otros como Raúl (también nombre ficticio) apuntan que se han encontrado «de todo» cuando ha contacto a través de Tinder. «Desde chicas que obviaban totalmente el uso de preservativo en una primera cita con un desconocido a otras que tenían tan claro como yo la necesidad de su uso», cuenta. «Creo que el riesgo de contagio de una ITS es una posibilidad real. Si han querido practicar sexo sin protección conmigo, ¿por qué no lo van a haber hecho antes con otra persona que padece alguna infección? Hay que tener cuidado», incide.

Ante el incremento de las ITS hay quien también apunta a un entorno social «más «promiscuo», donde se mantienen relaciones sexuales con más personas y a partir de una edad más temprana. Según el barómetro Los jóvenes y el sexo, encargado por una firma de preservativos, en el 2017 el 49% de las chicas y el 43% de los chicos que ese año tenían entre 18 y 25 años dijeron que habían perdido la virginidad entre los 14 y los 17 años.

También la mezcla de alcohol y drogas está derivando en un aumento de los casos, tal y como confirma Barrios. «El uso de sustancias hace que la percepción del riesgo se pierda, la persona se desinhibe. Hoy tenemos un problema que debemos abordar porque cada vez es una práctica más frecuente», dice.

Según los últimos datos del Gobierno de Aragón, en la comunidad se registraron 577 nuevos casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) durante el 2018. La cifra supone casi cien detecciones más que en el 2017. Por tipos, hubo 237 situaciones de clamidia; 160 de gonorrea; 136 de sífilis y 44 de herpes simple.

El Departamento de Sanidad tiene puestas en marcha varias campañas que insisten en la necesidad de prevenir las enfermedades de transmisión con el uso del preservativo. «Falta educación, formación afectivo-sexual y entre todos, administraciones y colectivos, debemos unir fuerzas para fomentar esa prevención», reiteró Juan Ramón Barrios.