En el año 2006, en pleno boom inmobiliario, el Estado prometió demoler el antiguo cuartel del general Mayandía y levantar ahí una nueva Jefatura Superior de Policía en Aragón, la comisaría Centro y las dependencias de las unidades que están presentes en este edificio. Diez años después, esas intenciones son papel mojado, mientras el deterioro de estas instalaciones van en aumento. La inspección técnica del edificio la ha suspendido.

Los encargados de revisar todo el inmueble solo salvan la estructura interna y su cimentación que la califican de "favorable". El resto de elementos como las fachadas, las instalaciones eléctricas o las tuberías son todas "desfavorables". Confirman lo que muchos ciudadanos pueden observar sin problemas cuando van a interponer denuncias a la comisaría o los propios agentes del Cuerpo Nacional de Policía que trabajan allí.

PELIGRO

Gran parte de los aleros, cornisas, voladizos o miradores presentan riesgo de desprendimientos. Los inspectores resaltan que el ladrillo general de la fachada en encuentra en estado degradado por los agentes climatológicos e, incluso, hay revestimientos de zócalos que ya no existen. No ayuda tampoco, destacan, la ausencia de vierteaguas u otros que están en mal estado y que, por tanto, aumenta el deterioro.

Otros elementos en mal estado que destacan son los lucernarios, claraboyas, antenas y hasta las ventanas. El informe asevera que las carpinterías están en mal estado de forma generalizada. La madera está rota, desencajada, con ausencia de burletes, sin cristal y con falta de tratamientos que eviten que la situación empeore todavía más.

La instalación eléctrica tampoco está mejor. Aseveran que está mal dimensionada, que las conducciones no presentan aislamiento y que hay hasta conexiones incorrectas. Esto podría desembocar en algún cortocircuito. La zona del cuarto de contadores no presenta protección alguna.

HUMEDADES

Los inspectores resaltan también las humedades y filtraciones de fugas en las conducciones y tuberías de saneamiento. Ocurre en todo el edificio. Afirman que hay pérdidas por roturas de estas instalaciones, ya que la mayoría de las tuberías son de fibrocemento, antiguas, sin protección y mal conservadas. Algunas son de acero y tienen presencia de oxidación y, por tanto, presentan numerosas pérdidas.

No obstante, admiten que muchas de estas averías han sido reparadas o sustituídas por material de PVC. En este contexto, el informe observa la presencia de animales como gatos o ratas. Acabar con todo lo anterior precisaría una inversión de cerca de 2 millones de euros.

Por todo ello, desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Aragón exigen que "se tomen medidas que dignifiquen un edificio en el que se atiende a ciudadanos y en el que trabajan empleados públicos".

Aprovechando la convocatoria de elecciones, van a intentar reunirse con todas las formaciones políticas para que conozcan esta situación y se "comprometan a desarrollar los cambios necesarios". Asimismo, anuncian llevar a los tribunales este informe porque el SUP considera que "va en contra del derecho de los trabajadores".