El informe elaborado por el colegio de Sabiñánigo (Huesca) donde cursaba sus estudios Naiara, la niña de 8 años que fallecido tras sufrir una brutal paliza a manos de su tío político, presenta a la menor como "alegre, activa y contenta", sin mostrar signos de que sufriera malos tratos en su ámbito familiar.

Este informe, aportado a la causa a petición del letrado que representa al padre biológico de la niña, destaca que la madre y su padre adoptivo mantuvieron una relación constante con los tutores que se hicieron cargo de la menor desde su llegada a España, al inicio del curso 2012-2013.

Los tutores de los tres primeros cursos sólo hacen referencia a "dificultades" de la niña a la hora de expresión y al apoyo que se le prestó desde el centro, e inciden en que la relación con la familia "fue adecuada, manteniendo los contactos necesarios mediante las tutorías".

El responsable de la menor durante el cuarto curso incide, asimismo, en la "inmadurez" de la expresión oral de la niña, aunque constata "notables avances" debido a la actitud de la menor, a cuyos padres se les instó a llevar a su hija a un servicio de odontología a causa de las caries y halitosis que mostraba.

El tutor correspondiente al último año que cursó Naiara antes de su asesinato, el correspondiente a 2016-2017, describe a la niña como una alumna "muy irregular" en el interés por los trabajos que debía de hacer en casa.

También hace referencia a la voz de alerta que dieron los padres de la menor respecto a una situación de acoso a la niña por parte de sus compañeros, situación que relató su madre en una entrevista a Efe.

"Esta situación -añade el tutor- fue abordada desde el equipo directivo y desde la tutoría realizándose actividades en los contextos escolares destinos a cortar esa situación, para que la niña se sintiese mejor".

Destaca, sin embargo, que esta situación evolucionó de forma positiva en las distintas tutorías programadas, y subraya que "al final del último trimestre, la alumna se mostraba en todo momento alegre, activa y contenta", y que la actitud de su familia "fue en todo momento cordial y de colaboración".

Unas semanas después de finalizar el curso, Naiara fue víctima de una brutal paliza a manos de su tío político en la casa en la que éste vivía con su madre y dos sobrinas hijas de una hermana que las había dejado al cuidado de la abuela.

Apenas una semana después de alojarse en la casa del presunto asesino, a la que había sido enviada por su familia para que la abuela ejerciera control sobre los estudios que debía realizar en vacaciones, Naiara murió por no saberse la lección, tras una tortura continua que se prolongó durante horas y en las que el procesado implicó a sus otras dos sobrinas.

Este informe fue solicitado por el letrado Marcos García Montes en representación del padre biológico de la niña al entender que pudo haber una dejación de funciones en el seguimiento de la menor, situación de la que también responsabilizó a los servicios sociales de la población.