El derrumbe parcial de un bloque de pisos ocurrido la semana pasada en el número 8 de la calle Estación, en Zaragoza ha servido para que el ayuntamiento abra los ojos y vea un «problema de infravivienda que es estructural» en todo el barrio Jesús ante el que urge actuar. Una consideración que la asociación vecinal lleva tiempo denunciando y que ahora comparte el responsable municipal de Acción Social, Ángel Lorén, y el Justiciazgo de Aragón. Se trata de una situación «preocupante», remarcó el edil conservador ayer tras reunirse con las familias afectadas por el desplome parcial del inmueble, y coincidió con la opinión del ente vecinal, que considera que este siniestro es «el detonante» que ha puesto el foco en la zona.

Su presidente, Raúl Gascón, explicó que hace días que pidió una «reunión urgente» con Lorén después de constatar que «hay al menos tres bloques de pisos más en situación muy similar al de la calle Estación» y una «problemática sobre la infravivienda que incluye dos pisos que han sido okupados y que empiezan a generar problemas de convivencia en las comunidades de propietarios, en el entorno de la plaza Jesús y del Camino del Vado, y dos solares donde hay asentamientos chabolistas que los usan para el acopio de chatarra en la propia calle Jesús y en una parcela en desuso cerca de la Casa Soláns».

Gascón se mostró «sorprendido» porque el ayuntamiento no les invitó a la reunión de ayer con los ocupantes del inmueble dañado, pero el edil confirmó que les recibirá «la próxima semana». Su intención, explicó, es la de «abordar este problema estructural del barrio y de otras zonas de Zaragoza sin frivolidad y sin componentes ideológicos como se hacía en el anterior mandato». Intentar «abordar un mapa de la infravivienda» que, como en la calle Estación, «refleje situaciones de deterioro a las que anticiparse». En la reunión sí estuvo el lugarteniente del Justicia, Javier Hernández, que aseguró que se han abierto dos expedientes para abordar lo ocurrido en un inmueble que «llevaba seis años pendiente de ser rehabilitado».

El presidente de la asociación de vecinos del barrio Jesús aseguró que el estado en el que se encuentran otros tres inmuebles en la zona «es muy similar» a la del bloque derrumbado, con cubiertas hundidas o desperfectos en la fachada y estructura que pueden generar algún incidente.

Pero la «emergencia» ayer, en opinión de Lorén, era «dar solución definitiva» a las familias afectadas por el desplome. En el interior del inmueble ya trabajan operarios en la retirada de escombros previa a la demolición de todo el bloque, que representa ocho de los 14 pisos y un bajo comercial que aglutina la comunidad de propietarios. También que había grietas en el muro de carga y daños de difícil solución, así como un requerimiento que data del 2013 a esta misma propiedad por defectos que ya hace seis años provocaron el hundimiento del suelo de una de las plantas. Tras el derrumbe podría estar la eliminación de una pared maestra en el semisótano que ahora se está investigando. Se derribará esa mitad del número 8 y luego analizarán los daños que ha podido causar en la otra mitad, a la que se le plantea la posibilidad de demoler todo y vender la parcela para costearse un traslado a otra zona de Zaragoza.

Respecto a las familias que habitaban el inmueble, eran siete pero desde el primer momento cuatro de ellas rehusaron ser realojadas. De las otras tres, solo dos recibirán finalmente esta ayuda. Se trata de dos personas que ahora vivirán juntas en un piso que les va a facilitar Zaragoza Vivienda. Se les ofreció cobijo en El Refugio pero no acudieron. A la tercera familia, una mujer con dos hijos menores, se le intentó realojar en el albergue pero declinó el ofrecimiento y ahora tiene «otra solución».