El estreno del ingreso mínimo vital (IMV), una de las medidas estrellas aprobadas por el Gobierno hace unas semanas, ha levantado ciertos temores a que se produzca una avalancha de solicitudes que bloqueen la Administración pública debido a la falta de medios. Este lunes, el primer día que se podía solicitar esta prestación, la página web de la Seguridad Social ya sufrió algún colapso puntual en medio de la polémica por los flecos que quedan todavía por salvar sobre su tramitación, principalmente presencial. Mientras que la DGA considera que es la Seguridad Social el órgano competente, desde el Ayuntamiento de Zaragoza ya han alzado la voz para decir que los centros municipales se colapsaran si el Estado no financia la contratación de, al menos, 40 empleados para dirigir el proceso, algo que todavía está por ver. Mientras, en Aragón ya estudian nuevas fórmulas para adaptar el actual Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) y reinvertir el dinero destinado a crear itinerarios de inclusión. En este escenario, el IMV ya se podía pedir ayer.

La primera jornada se desarrolló en medio de la confusión y el caos por la falta de concreción que todos creían que se dirimiría en la reunión telemática prevista entre el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, con varios alcaldes, como el de Zaragoza y que se ha aplazado al jueves.

COLAPSO / El conservador tenía previsto alertarle de que los servicios municipales no están preparados para atender la avalancha prevista. Hay que tener en cuenta que el ayuntamiento se enfrenta a un incremento considerable de peticiones de ayudas de urgente necesidad que durante los próximos meses pondrán al límite a sus trabajadores. Según Azcón, la ciudad necesitaría de 3 millones de euros para contratar a 40 nuevos empleados que se dedicasen en exclusiva a tramitar el IMV. Un colapso que sí sufrió la web de la Seguridad Social, previsto por el gran número de peticiones esperado el primer día.

Pero el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha apuntado en Cataluña Radio que una vía de trabajo para agilizar los trámites y el pago del ingreso mínimo es la puesta en marcha, de la mano de las autonomías, de «un modelo único y simplificado de ventanilla única de entrada». A este respecto, el ministro socialista ha insistido en la necesidad de ensayar «un modelo moderno de cogobernanza federal» que permita al Ejecutivo ofrecer una prestación y que después sean las autonomías las que desarrollen los mecanismo para hacer llegar esa ayuda.

Según ha explicado, todas las actuaciones de la administración pública deben ir orientadas a lograr «eficacia, eficiencia y rapidez en la prestación». «El criterio fundamental es que queremos que sea lo más rápido posible», sentenció Escrivá antes de enfatizar que resulta imprescindible «no caer en los errores del pasado» asociados a la gestión de otras prestaciones, «que tardan demasiado tiempo en reconocerse y pagarse».

Pero el Gobierno de Aragón se mantiene cauto sabiendo que aún no tiene competencias para la tramitación del ingreso mínimo vital. Y en caso de ser así, matizan que la propia ley reguladora del IMV incluye la posibilidad de contratar personal administrativo y no trabajadores sociales que podrían encargarse de la tramitación ya que los usuarios solo deben demostrar que cumplen con todos los requisitos.

Azcón, por su parte, ya ha dado por hecho que serán los centros municipales los que asumirán esta carga. Algo que está por ver, sobre todo después de las palabras de ayer de Escrivá, con quien se reunirá este jueves telemáticamente.