El Ayuntamiento de Zaragoza formalizó ayer el acuerdo por el que la Asociación Empresarial de Artes Gráficas, Papel y Manipulados de Aragón (AEGRAF) se ocupará de la rehabilitación de la maquinaria que se aloja en el interior de la abandonada Imprenta Blasco. Un convenio de 49.000 euros, firmado por su presidente, Santiago Retortillo, y el responsable municipal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, permitirá que «en los próximos días» accedan al inmueble para analizar su estado y sacarla de allí para recuperarla como elemento del futuro espacio museístico.

Retortillo explicó que los trabajos pueden durar «entre 6 y 9 meses» como máximo, pero que es complicado afinar los plazos porque todavía se desconoce su estado de conservación. El de estas piezas del «patrimonio industrial» de Zaragoza y el de las instalaciones donde se alojan. En ellas también se intervendrá, por parte del consistorio y a través de un concurso público que se convocará este año.

«Hay al menos cinco o seis máquinas que sí podrán recuperarse», adelantó el presidente de la AEGRAF, quien se felicitó porque este proyecto salga por fin de un parón que ya duraba 12 años. Desde el 2006 que se impulsó siendo Antonio Gaspar, de CHA, responsable de Urbanismo, hasta ahora, que también los nacionalistas, lo han rescatado del olvido.

En el interior de la Imprenta Blasco hay 38 bienes a recuperar del abandono, vandalismo y deterioro sufrido en los últimos años, pero no todo son máquinas. Hay mobiliario de la antigua imprenta, chibaletes, prensas tipográficas, máquinas de impresión y de manipulación de papel, pero también elementos de lo que fue la tienda, como mostradores, estanterías, caja registradora o caja fuerte. Huellas de un pasado que vuelve a Zaragoza.