El final de julio y el comienzo del mes de agosto han supuesto, teóricamente, el fin de las peonadas --denominación con la que se conoce a las horas extraordinarias que realizan los profesionales sanitarios por la tarde destinadas a intervenciones--. La supresión responde a una firme determinación del Departamento de Sanidad que, si bien no hace mucho rechazaba la eliminación total de este sistema, lleva varias semanas anunciando su reducción "a la mínima expresión" hasta alcanzar su "muerte natural".

Así, la Administración dio orden a los centros hospitalarios de acabar con las peonadas de forma gradual hasta culminar su supresión en agosto, cuando la presión asistencial es mucho menor. Ahora, la intención es proceder a la contratación de personal para que desarrolle su labor por las tardes --de 15 a 22.00 horas--, lo que, además, cuenta con el visto bueno de la mayoría de sindicatos. "Si acabar con las peonadas significa contratar gente y además es más barato, estamos de acuerdo", afirmaron desde uno de ellos.

Pero la regularización de ese horario vespertino no llegará, supuestamente, hasta septiembre. De momento, el departamento se muestra satisfecho de la primera prueba en la apertura ordinaria de un quirófano hasta las 22.00 horas.

Según los datos de la Administración, durante este mes se han llevado a cabo alrededor de medio centenar de intervenciones en este quirófano, habilitado en el hospital Miguel Servet. En todos casos se trata de operaciones programadas realizadas por tres residentes contratados en la especialidad de Traumatología, que, además, habrían seguido todo el proceso previo a las intervenciones.

La duda reside en saber si esta medida, destinada a ahorrar una "importante" cantidad, según el propio departamento, servirá para reducir una lista de espera muy abultada. De hecho, en junio casi 1.300 personas llevaban esperando más de seis meses para ser operados.