Varón, de alrededor de 31 años y residente en la capital aragonesa. Así es el perfil del inmigrante en la comunidad, según la radiografía demográfica que se extrae de los datos que el Gobierno de Aragón ha publicado en su revista Territorio y desarrollo local .

Aunque la presencia extranjera tiene pricipalmente rostro masculino, la presencia de las mujeres también tiene un peso relevante. De hecho, según el estudio del Gobierno de Aragón, éstas suponen el 43% de las personas extranjeras, frente al 57% de hombres. En cuanto a la distribución por provincias, Zaragoza es la mayor receptora, con un 75% de la población inmigrante en Aragón, seguida a mucha distancia por Huesca, que acoge al 16%, y Teruel, con tan sólo el 9%. Además, de entre todo el territorio la capital maña es el núcleo preferente, ya que el 53% de las personas extranjeras elige ese destino.

Pero aunque el peso mayoritario extranjero reside en la capital aragonesa, también las comarcas reciben nueva población: en el 66% de las demarcaciones, un 5% de la población censada es inmigrante. Este porcentaje se eleva hasta el 12,5% en el Campo de Cariñena, mientras que se reduce hasta la limitada cifra del 1,2% en el caso de Daroca.

A pesar de ser una realidad creciente en la mayoría del territorio, a principios del 2003 las personas inmigrantes censadas en Aragón sumaban 62.000 individuos, un 5% de la población total, cifra por debajo de la media nacional, situada en torno al 6,2%.

Peso laboral

Junto al potencial en natalidad e intercambio cultural, los datos del Gobierno de Aragón inciden en que el fenómeno de la inmigración cubre las bajas de muchos municipios de las tres provincias, desde donde los jóvenes emigran a otros lugares con más alternativas de trabajo. Realidad que, sin embargo, encasilla a la población inmigrante en profesiones a menudo alejadas de sus trayectorias en sus países de origen.

Así, un 19% fueron empleados para trabajar como peones agrícolas, el 13% en la industria, el 11,5% como limpiadores y el resto de las contrataciones como peones de construcción o albañiles.

Globalmente, a lo largo del 2003 se realizaron más de 60.000 contrataciones a personas extranjeras, con edades que oscilaban entre los 25 y los 44 años. Además, mayoritariamente procedían del Magreb, Iberoamérica, el área subsahariana y la Europa no comunitaria. Son las cifras de la actual realidad demográfica de Aragón, inseparable ya de la inmigración.