El Instituto Nacional de la Seguridad Social de Zaragoza ha denegado la incapacidad a un auxiliar de enfermería, profesión que realiza desde hace cinco años, que se encuentra en silla de ruedas después de un accidente de tráfico.

Ricardo Agoiz, abogado de la asociación El Defensor del Paciente, informa en un comunicado que el auxiliar de enfermería sufrió un accidente de tráfico que le dejó fracturas en las piernas, ausencia de venas tibiales anteriores, dolor neuropático y un trastorno adaptativo, secuelas que le imposibilitan realizar cualquier actividad laboral.

Necesita desplazarse en silla de ruedas y permanecer con carácter general tumbado con las piernas elevadas por el dolor y el edema que se forma ante la ausencia de venas tibiales anteriores, además de tomar opiáceos para el dolor y medicación de psiquiatría para el trastorno adaptativo.

Las actividades de un auxiliar de enfermería, se añade en la nota, consisten en atender las necesidades de los pacientes, hacer camas, limpiar aseos y trasladar material hospitalario, para lo que se requiere estar de pie y caminar.

Debido a esta situación, el auxiliar de enfermería solicitó al INSS una incapacidad permanente revisable en grado de absoluta, subsidiaria total.

Pero el INSS, según Agoiz, ha contestado que su estado "no alcanza una disminución de su capacidad laboral que sea constitutiva de una incapacidad" y da un plazo de treinta días para la interposición de la demanda ante los juzgados de lo social de Zaragoza.

Y eso a pesar de que el equipo de valoración de incapacidades "ha reconocido sus lesiones y secuelas".

Agoiz asegura que este es un ejemplo de "los numerosos casos" que se producen en los últimos años, "en los que personas que tienen una falta total de capacidad para trabajar tienen que acudir a los juzgados por que el INSS se niega a darles la incapacidad".