El supuesto asesino de la mujer de Ballobar hallada muerta en su casa de Lérida el pasado mes de febrero es un instalador de fibra óptica que había estado en el domicilio de la víctima con anterioridad realizando un trabajo. Se trata de Jordi L. R., de 42 años, casado y padre de dos hijas, según informó ayer el periódico leridano Segre.

Este sospechoso, que en breve pasará a disposición judicial, fue objeto de un especial seguimiento por parte de los Mossos d’Esquadra desde el principio de la investigación. Su teléfono no solo aparecía en el registro de llamadas del móvil de la fallecida, sino que además su imagen había sido captada por las cámaras de seguridad de establecimientos situados en la calle Academia en Lérida.

En principio, su vinculación con Amparo Soler, de 61 años, era meramente laboral. Por ello se trabaja ahora en dilucidar el móvil del crimen, que revistió una inusitada violencia, dado que la mujer, una funcionaria de la Enseñanza que trabajaba para la Generalitat, recibió cuatro cortes de arma blanca en el cuello. Estas heridas, que le ocasionaron la muerte, fueron propinadas de forma repentina, sin posibilidad de que se defendiera.

Al parecer, el arma homicida fue una navaja o un cuchillo de pequeñas dimensiones que los investigadores buscaron por las inmediaciones de la vivienda.

La muerte de Amparo Soler se produjo el 17 de febrero y, según los investigadores, días antes el instalador había estado en su casa colocando fibra óptica. Terminado su trabajo, le facilitó su número de teléfono por si surgía algún problema con los cables.

ESTRECHA VIGILANCIA // Al comienzo de las pesquisas, dado que determinadas pistas apuntaban en la dirección de Jordi L. R., los Mossos d’Esquadra le tomaron declaración y, en adelante, fue sometido a una estrecha vigilancia de sus movimientos.

Se sabe que el día del crimen no acudió a su puesto de trabajo en una subcontrata de Telefónica. En cambio, Amparo Soler realizó su jornada laboral con normalidad y regresó por la tarde a su casa.

Durante el día de ayer, el sospechoso prestó declaración en dependencias de los Mossos d’Esquadra de la ciudad catalana, a la espera de su remisión al juez de guardia.