El Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) recurrirá a una sala habilitada para 18 cuerpos, acondicionada con cámara frigorífica, para guardar cadáveres al existir la posibilidad de que las instalaciones del cementerio de Torrero, en la capital aragonesa, no sean suficientes para albergar temporalmente los fallecidos que se registran en la ciudad como consecuencia de la pandemia de coronavirus.

Esta sala, que está a dos grados, consta asimismo de una veintena de cámaras de congelación a menos 15 grados centígrados, que se usa para cadáveres a los que ya se ha practicado la autopsia. Además, posee una cámara con capacidad para ocho cuerpos y que se usa como receptora.

La sala, situada en un sótano, se pondrá en marcha la próxima semana, tras haber recibido una inversión de 6.000 euros. Se da la circunstancia de que este espacio se utilizó en el 2009 para albergar por un tiempo los restos de los difuntos que estaban en la manzana 24 de Torrero, que se derrumbó y obligó a habilitar una solución provisional mientras se reconstruía la estructura.

El camposanto zaragozano, por su parte, tiene cámaras frigoríficas con capacidad para 125 plazas, que unidas a las de los tanatorios privados de la ciudad ascienden a 205.

La sala que ahora se ha habilitado se dedica ocasionalmente para la realización de autopsias consideradas de alto riesgo, cuando los cadáveres se hallan en avanzado estado de descomposición. Hace dos años fue objeto asimismo de unas reformas.

La ventaja que ofrece es que tiene espacio suplementario para el caso en el que las cámaras que se utilizan habitualmente se vean desbordadas por el aumento del número de fallecidos que ha generado la propagación de la pandemia del coronavirus.

Cuenta con una cámara frigorífica de grandes dimensiones, con capacidad de unos 20 cadáveres, que ha sido objeto de la inversión que permitirá su uso como lugar de conservación temporal de restos humanos.

Se trata de utilizarla para que las inhumaciones e incineraciones no se vean precipitadas por la llegada de un número de cadáveres superior al de la capacidad existente.

Otra ventaja adicional es que está separada del resto de las instalaciones del Instituto de Medicina Legal de Aragón y posee además una entrada diferente, con lo que se facilita el acceso y se reduce considerablemente el riesgo de contaminación.

De momento, se trata de una medida de carácter preventivo que se pondrá en marcha por las autoridades sanitarias en el caso de que así lo requiera la situación de cada momento, siempre en función de la evolución del número de fallecidos que se registran en la ciudad y en otras partes de la comunidad que pudieran verse desbordadas en su capacidad y que estuvieran pendientes de identificar.