La Policía Local de Zaragoza realizó 167 intervenciones relacionadas con la violencia machista durante el año pasado. Un número ligeramente inferior al 2018, cuando fueron 185, y prácticamente el mismo que en el 2017, con 165. Cifras, en cualquier caso, demasiado elevadas y que evidencian que queda mucho camino por recorrer para acabar con esta lacra social.

Este es uno de los datos más preocupantes que arroja la memoria de actividades del 2019 de la Policía Local que presentó ayer la concejala delegada Patricia Cavero. En el balance también se incluyen otros delitos tipificados como leves que han acabado investigados por la Policía Nacional o la Guardia Civil, como las 13 intervenciones por abusos y agresiones sexuales, las ocho por acoso y exhibicionismo o las 64 por vejaciones injustas.

Aunque se trate de delitos que deben ser investigados por otros cuerpos, los agentes de la capital aragonesa suelen ser los primeros en llegar al lugar de los hechos porque normalmente suelen ser los que más cerca se encuentran y porque en muchas ocasiones son alertados por vecinos o personas que presencian el suceso.

De hecho, la Unidad Central de Operaciones recibió el año pasado hasta 344 llamadas relacionadas con situaciones en las que se estaba produciendo un caso de violencia machista, como peleas en plena calle o en el domicilio.

Está previsto que este año la Policía Local se integre en el Sistema de Seguimiento Integral de los casos de Violencia de Género (VioGén), lo que implicaría su participación directa en la lucha contra esta lacra. Esta es la intención que persigue el Gobierno de Zaragoza de Jorge Azcón, como también lo fue del anterior alcalde, Pedro Santisteve. Sin embargo, todavía se está a la espera. Huesca o Calatayud son dos de las ciudades aragonesas que hace tiempo que están integrados.