La oposición del Ayuntamiento de Zaragoza entiende que las inversiones que plantea el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) para el 2017 están «desproporcionadas». No porque la cuantía global, más de 52 millones, sea muy abultada, al contrario, sino porque el reparto no está compensado. Sobre todo, y todos coincidieron en su análisis, por dedicar 1,8 millones a ampliar el Bizi --que igual no se puede hacer porque cuenta con el informe en contra del interventor-- o más de cuatro millones para el fomento de la bicicleta, y ni un euro extra para otros medios de transporte que mueven a muchos más usuarios (bus o tranvía) o para avanzar en la peatonalización.

Era solo una parte de un desglose del presupuesto de 178 millones de euros en Urbanismo que hizo su responsable, Pablo Mu- ñoz, junto a la delegada de Movilidad, Teresa Artigas. El edil de ZeC sacó la bandera del «urbanismo de proximidad» para el que se han dedicado «más de 11 millones» en las cuentas del 2017, dentro de esa «política de reequipamiento de los barrios» con actuaciones sobre «las pequeñas cosas» pero atendiendo a todos los distritos, y convirtiendo la sostenibilidad en un eje transversal del área. Así, las inversiones definen, dijo, lo que es el modelo de ciudad para ZeC, que se prevé culminar al final de legislatura pero que este año tendrá cuantías simbólicas. O «exiguas» le recriminó la oposición. A la que contestó que esta apuesta de desarrollo puede que no les guste «pero esto es hacer política y hacer ideología». El equilibrio, en el reparto entre los distritos.

«Por sus obras les conoceréis», le recriminó la socialista Lola Ranera, refiriéndose a los incumplimientos del 2016. A su juicio, faltan proyectos que generan economía y empleo, y pide el apoyo del PSOE a costa de «repartir las migajas». «No queremos brindis al sol», le avisó el portavoz de CHA, Carmelo Asensio.

Para Jorge Azcón, del PP, en ZeC son «incapaces de gestionar» sus acuerdos, se ha «engañado a la gente con proyectos vacíos» y como «no tienen prioridades, anteponen los suyos a los que piden los ciudadanos». «Han abierto 18 melones pero se van a quedar así y se van a pudrir», le dijo Alberto Casañal, edil de Ciudadanos.