Los investigadores del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil consideran que el cazador que mató a la osa Sarousse a finales del año pasado durante una batida de jabalíes en el valle de Bardají, en el Pirineo aragonés, se sintió amenazado por el animal y disparó para protegerse.

Según han informado a Efe fuentes judiciales, las diligencias instruidas por los agentes del Seprona muestran que el cuerpo de la osa no sólo estaba orientada hacia el cazador cuando fue abatida sino que los casquillos y la posición del investigado apuntan a que efectuó los disparos cuando la osa corría hacia él.

Las fuentes citadas señalan que aunque ésta es la hipótesis más probable, todavía no se puede determinar con seguridad el motivo por el que se efectuaron los disparos.

Los investigadores se refieren en sus diligencias a otros dos posibles escenarios menos probables: un error de apreciación que llevara al cazador a pensar que se le acercaba a la carrera un jabalí, y una caza intencionada del oso.

A la espera de que se agoten todas las vías de investigación abiertas, las fuentes citadas insisten que en que los indicios apuntan a que el cazador trató de defenderse de una amenaza para su vida que consideró inminente.

Las diligencias se mantienen abiertas en el Juzgado de Boltaña, cuyo titular mantiene al cazador en situación de investigado, mientras se ultiman todas las pesquisas en relación a la batida de caza en la que se produjo la muerte de Sarousse.

Los investigadores, conocedores de la oposición existente entre los habitantes del Pirineo a la reintroducción de los osos en su territorio, no aprecian indicios de que la batida no tuviera otro motivo que el de la caza de jabalíes, pero consideran que en la organización de la batida no se tomaron medidas de precaución ni informativas sobre la presencia de Sarousse en la zona.

En sus declaraciones tras los hechos, el autor de los disparos relató a los agentes desplazados a la zona que el animal le sorprendió de repente en su mismo camino y continuó hacia él a pesar de los gritos dados para asustarle.

Detalló, además, que tuvo que efectuar varios disparos para protegerse de un posible ataque.

Un testimonio que fue corroborado por los compañeros de batida del cazador, que aseguraron que los perros utilizados para la saca de los jabalíes pudieron provocar que la osa tratara de huir por el camino donde se encontraba el autor de los disparos.

Sarousse fue liberada en Francia en 2006 aunque finalmente se asentó en el macizo del Turbón, y según los técnicos del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno aragonés, vivía aislada del resto de la población de osos y sólo ocasionalmente provocaba ataques a rebaños y colmenas.