La gran presencia de buitres sobrevolando una explotación ganadera en Huesca llevó al Seprona de la Guardia Civil a inspeccionarla y a hallar 43 cadáveres de ovejas y cabras entre montones de excrementos. Ante ello, los agentes procedieron a imputar al propietario por un delito de maltrato animal. Habían otros cien más que, según el instituto armado, sobrevivían allí.

La instalación se encontraba completamente desatendida, los animales no disponían de comida ni de agua, acumulándose gran cantidad de excrementos, solicitándose la colaboración de los veterinarios del Gobierno de Aragón a fin de que se certificara el estado que presentaban las 100 cabezas de ganado ovino y caprino que sobrevivían, los veterinarios corroboraron que su estado era deplorable, con claros síntomas de desnutrición y falta de higiene.

Desde ese momento el Seprona de la Guardia Civil comenzó las gestiones necesarias para dar con el titular de la explotación ganadera, siendo localizado el pasado día 3 de febrero, procediendo a su investigación como presunto autor de un delito de maltrato animal, tratándose de un varón de 36

años vecino de Huesca.

Por parte del Seprona se continúan realizando inspecciones periódicas a la granja con el fin de verificar que se han restituido las condiciones mínimas de salud y bienestar animal de los ejemplares que continúan con vida en la misma.

Las diligencias instruídas han sido remitidas al Juzgado de Instrucción número 4 de Huesca, quedando el investigado con la obligación de personarse ante el Juzgado cuando sea requerido para ello por la Autoridad Judicial.