Un ganadero vecino de Hoz de Jaca, identificado como A. G. y de 49 años, ha sido imputado por el Seprona de la Guardia Civil, después de que descubrieran que había desatendido 24 de las 40 vacas que conformaban su explotación. Unas reses que tuvieron que ser sacrificadas.

La investigación se inició a finales del mes de enero cuando los agentes especialistas en protección de la naturaleza de la benemérita detectaron que había varios animales que mostraban síntomas de no estar siendo adecuadamente atendidos.

Tras realizar un control sobre el estado de las cabezas de ganado y las condiciones de la instalación, los agentes pudieron observar que no estaban cuidadas ni bien alimentadas, por lo que procedieron a investigar al propietario como supuesto autor de un delito de abandono y maltrato animal, poniendo los hechos en conocimiento del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y de los veterinarios, los cuales, tras realizar una inspección, levantaron acta acordando el decomiso del ganado. Además, le abrieron un expediente por incumplir la normativa de bienestar y sanidad animal, al no estar los animales en las condiciones exigibles a cualquier explotación ganadera.

El pasado miércoles, agentes del Seprona, veterinarios de la Oficina Comarcal Agraria, y del puesto de Sallent de Gállego procedieron a la intervención de las reses, teniendo que trasladar 24 de ellas al matadero para ser sacrificadas, debido a que no reunían las condiciones de salubridad para mantenerlas con vida, además de que estaban sufriendo como consecuencia del descuido sufrido.