Un empresario alicantino investigado en el marco de la trama de corrupción Púnica, Eduardo A. C., ha sido imputado ahora de estafar 35.000 euros a una empresa ubicada en Alagón. Los hechos fueron denunciados en febrero, cuando esta empresa se dio cuenta de que alguien había suplantado la identidad de un proveedor. Esa empresa de Alagón se dispuso a pagar una factura y lo hizo en la cuenta bancaria que le indicaron por correo electrónico. Luego comprobaron que aquel correo era un fraude, que alguien se había hecho pasar por el proveedor.

La investigación se inició el pasado mes de febrero a raíz de la denuncia de dicha empresa al descubrir que la sociedad de Castellón a la que supuestamente había transferido un pago de 35.000 euros tras recibir un correo electrónico en el que comunicaba el número de la cuenta bancaria no lo había recibido.

El Equipo de Investigación Tecnológica de la Guardia Civil de Zaragoza (Edite) descubrió que los correos habían sido suplantados por ciberdelincuentes que se hacían pasar por la empresa que solicitaba el pago del pedido y obtener con ello el beneficio económico, sistema que se denomina Man in the middle. Las pesquisas permitieron obtener la identidad del único administrador de una empresa, ubicada en Alicante, que constaba como titular de la cuenta fraudulenta donde se había realizado la transferencia y que fue bloqueada para evitar la desaparición de la totalidad del dinero transferido. Su titular se correspondía con un hombre de nacionalidad española que ya había sido investigado el pasado 29 de abril por un presunto delito de estafa y blanqueo de capitales y a quien le constan antecedentes por estafa, entre ellas en el marco de la trama Púnica, además de ser titular de otra empresa que también se encuentra involucrada en hechos similares. Los autores de este tipo de estafa adquieren capacidad para leer, insertar y modificar a voluntad los mensajes entre dos partes sin que ninguna de ellas conozca que el enlace entre ambos ha sido interceptado.