Un turolense iba el pasado sábado de camino al hospital Miguel Servet de Zaragoza a recibir radioterapia cuando observó que el taxista, contratado por el Salud, conducía de forma anómala. Acabó llamando a la Guardia Civil por el temor a sufrir un accidente y al final descubrió que este iba bajo los efectos del alcohol. El conductor está imputado por un delito contra la seguridad vial.

La Guardia Civil dio el alto al taxista de 56 años sobre las 16.50 horas, después de recorrer 133 kilómetros por la A-23. Puso en peligro al paciente oncológico, a un familiar que le acompañaba y al resto de usuarios de la autovía por la que circuló. Fue a la altura del término municipal de Longares. Previamente, uno de los pasajeros había dado la voz de alarma al propio instituto armado.

Esta persona dio las características del vehículo, una furgoneta gris con matrícula azul propia de este tipo de transporte público, activándose un dispositivo de localización por parte del Destacamento de la Guardia Civil de Tráfico. Una patrulla de Cariñena lo localizó y pudo observar la conducción anómala que estaba realizando. Una vez estacionado en un lugar seguro, los agentes procedieron a realizarle una prueba de alcoholemia y comprobando no solo que daba positivo, sino que cuadruplicaba la tasa permitida. En los taxistas, conductores de ambulancias o transportistas no pueden sobrepasar los 0,15 miligramos de alcohol en aire espirado y los 0,30 en sangre. Esta persona arrojó una tasa de alcohol de 0,59 en aire.

El vehículo quedó inmovilizado, mientras que el conductor quedó a la espera de que el juzgado le cite para juicio rápido. Los pasajeros continuaron su trayecto hasta el centro hospitalario en un taxi de Cariñena.

Otro conductor es investigado por ir borracho y sin carnet

La Guardia Civil investiga a un conductor de 36 años por circular por la A-129, a la altura del barrio zaragozano de Santa Isabel, de forma temeraria, con una tasa de alcohol superior a la permitida y con el carné retirado por la pérdida de todos los puntos.

Los hechos se produjeron sobre las 23.00 horas cuando los agentes de Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Alfajarín observaron un vehículo que circulaba por el kilómetro 0.300 de la A-129 a gran velocidad, llegando a saltarse un semáforo en rojo. Los agentes iniciaron su seguimiento con las señales acústicas y luminosas para que se detuviese, pero este hizo caso omiso e incrementó la velocidad, saltándose un segundo semáforo y varias señales de stop e introduciéndose a gran velocidad por una calle estrecha. Durante la persecución, el vehículo colisionó con un bolardo que delimita el carril bici, produciéndose daños en una de las ruedas, lo cual no le impidió continuar con la huida. En un momento dado se bajó del coche y se metió en una casa.