El Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA) presentó ayer, en una jornada de debate, sus iniciativas de limpieza y mantenimiento de patrimonio cultural utilizando distintas técnicas como nanomateriales o láseres de pulsos ultracortos. Estas empiezan a consolidarse como métodos de conservación y restauración de elementos de patrimonio cultural como fachadas, cuadros, vidrios o pergaminos.

Estos avances se presentaron ayer en una jornada de debate en Zaragoza, donde se expuso también la creación de la primera Unidad de I+D+I asociada al CSIC a través del ICMA y cuya sede está en la Universidad de Burgos. Su puesta en marcha consolida la larga trayectoria de colaboración interdisciplinar entre las ciencias y las humanidades que han venido manteniendo Aragón y Burgos.

En estos momentos, los investigadores están aplicando tomografía, la técnica utilizada en los TAC hospitalarios, para poder restaurar una escultura del aragonés Pablo Gargallo. El director del ICMA, Javier Campo, precisó que la tecnología que se utiliza en este caso es de neutrones y no rayos X como en medicina «porque estos últimos pueden dañar el plomo de la obra», dijo.

Ante el aumento de los actos vandálicos contra el patrimonio cultural, el investigador del ICMA Luis Alberto Angurel está desarrollando diferentes tipos de láseres para limpiar las fachadas de grafitis y pintadas, aunque «es una tecnología muy versátil, que se puede usar incluso para restaurar cuadros», dijo. En este sentido, Angurel remarcó que es «muy importante» la colaboración con los expertos en patrimonio. Por su parte, para evitar falsificaciones en restos arqueológicos, el científico del CSIC Ángel Larrea ha descubierto cómo descifrar la microestructura de objetos de cerámica de lustre, de manera que se pueda conocer su trazabilidad «y distinguir piezas auténticas de las falsas», señaló. También ha analizado el pigmento más antiguo hecho por el ser humano, el azul egipcio.

La Ciencia de Materiales también puede aplicarse a la conservación de pergaminos, tal y como reseñó durante la jornada la profesora del campus burgalés Sonia Serna, experta en el estudio de diplomas. El pergamino es un material «bastante resistente», subrayó Serna, lo que permite que en España se guarden pergaminos del siglo VII, pero «sufren un deterioro motivado por el uso que se les dio y los ataques de agentes biológicos», dijo.

La asociación de centros como el ICMA y el campus de Burgos impulsan sinergias y alianzas con los objetivos estratégicos de optimizar capacidades y mejorar su producción científica.