La Policía Nacional investiga en Zaragoza la muerte por intoxicación de un joven de 26 años, Pedro Valdivia, que falleció el pasado mes de diciembre después de salir una noche de copas con sus amigos y en cuyo cadáver se han detectado sustancias como metadona y un psicofármaco llamado Amitriptilina.

El Juzgado de Instrucción número 8 de Zaragoza, que investiga el caso desde un principio, ha dado traslado a la Policía Judicial de un informe pericial del médico forense que apunta a que se trata de una "muerte violenta" y no de una "muerte súbita" como se estimó en un principio, según consta en el informe al que ha tenido acceso EFE y que adelanta hoy el Periódico de Aragón.

La investigación policial se centra ahora en tomar declaraciones a las personas del entorno del joven, sin que se haya practicado detención alguna, según han informado hoy a EFE fuentes policiales, que están a expensas de lo que determine el juez.

En el informe forense se apunta a que la muerte violenta se ha podido producir por tres causas: suicidio, accidente u homicidio, sin que descarte ninguna de las tres, aunque en el último caso el médico forense afirma que habría que demostrar la intencionalidad de un tercero y eso excede de sus competencias.

Según ha explicado hoy a EFE el abogado de la familia, Carlos Fuertes, "el joven salió de su casa completamente normal, fue a ver una exposición de arte y después a una zona de bares", donde al poco tiempo de tomar "unas copas" fue a los aseos y allí le encontraron tendido en el suelo.

"Los amigos se lo llevaron a casa porque dicen que pensaban que estaba borracho y al poco tiempo murió", ha relatado el abogado.

Al cadáver se le encontró en sangre metadona, Amitriptilina, un antidepresivo que casi no se usa en España, y Lorazepan.

La familia encargó un segundo informe al forense y psiquiatra José Cabrera, en el que se explica que ese día el joven había salido con unos amigos a un bar de copas en Zaragoza, donde trabaja su expareja, quien les había invitado a él y a sus amigos a varios chupitos.

Fue en ese mismo bar donde el joven se indispuso, perdió la consciencia y, a continuación, le llevaron a casa de un amigo donde fue encontrado muerto a la mañana siguiente.

El perito explica que el joven era una persona vital, con muchos amigos e inquietudes, que estaba muy ilusionado y con expectativas de futuro.

Destaca la ausencia de consumo de drogas por parte del joven y de ideas suicidas, así como su estabilidad emocional de los síntomas de ansiedad y depresión que había sufrido en 2001.

José Carrera considera que "existen datos para sospechar que la etiología médico-legal podría haber sido homicida", a expensas de un informe que ha encargado al Instituto Nacional de Toxicología con sede en Barcelona para conocer con más precisión la cantidad de sustancia tanto en sangre como orina.

Según el abogado, las sustancias detectadas tomadas conjuntamente potencian sus efectos.

El abogado está convencido de que se trata de un homicidio y lo que hay que ver es si es accidental o no.