La Guardia Civil ha interrogado a varios vecinos de Tauste en relación con la muerte de un agricultor, Delimiro Martínez, quien falleció electrocutado en extrañas circunstancias el pasado 14 de febrero. El titular del Juzgado de Instrucción número uno de Ejea mantiene el secreto de las diligencias, en las que están imputadas dos personas por presunto homicidio.

Según explicaron fuentes vecinales, las agentes de la Policía Judicial han preguntado a varias personas sobre la posible relación de la muerte con una red de tráfico de drogas.

El cadáver de la víctima fue encontrado ese día en el interior del transformador eléctrico de una granja, con la que el fallecido, persona conocida en la comarca, no tenía ninguna relación laboral ni de ningún otro tipo.

La autopsia reveló que el cadáver no presentaba signos de violencia ni otras heridas que no fueran compatibles con la electrocución. Sin embargo, la víctima presentaba restos de cocaína en un análisis de orina y se encontraron en un lugar próximo al transformador una gotas de sangre, que está pendiente de análisis para determinar si pertenece al fallecido.

Inicialmente, la Guardia Civil detuvo al propietario de la granja y a un trabajador de la misma, que pasaron una noche en el calabozo de la Policía Local de Ejea y que, posteriormente, fueron puestos en libertad después de ser imputados por un presunto delito de homicidio. Ambos negaron que tuvieran relación con Delimiro y desconocían los motivos por los que éste, que residía en el cercano pueblo de colonización de Sancho Abarca y trabajaba en la gasolinera de Tauste, se encontraba en una dependencia de la granja.

Fuentes próximas al caso señalaron que el mentenimiento del secreto de sumario se debe a que todavía no ha llegado al juzgado el resultados de los análisis de sangre, a pesar de que ha transcurrido más de un mes de los hechos.

Los vecinos consultados por este periódico manifestaron dudas sobre la posibilidad de un homicidio y señalaron que Delimiro, de 41 años, casado y dos hijas, era una persona trabajadora, responsable y muy familiar. No obstante, aunque inicialmente pensaron que se trataba de una muerte por accidente laboral, ahora no se explican qué pudo ocurrir para que la víctima acudiera a la granja.

El abogado de los dos jóvenes imputados, Javier Osés, manifestó desconocer los motivos y las pruebas por las que se mantiene el secreto de sumario, "al que yo estoy obligado, por lo que tampoco puedo decir nada hasta que el magistrado concluya la investigación".

Entre tanto los interrogatorios policiales han provocado numerosos rumores en Tauste, pero las fuentes vecinales consultadas por este periódico muestran su incredulidad sobre la posible relación de los hechos con una red de drogas.