Embarcada durante dos meses frente a la costa africana, la teniente médico María del Pilar Servera Orga ha visto concluir este verano la misión Africa Partnership Station (APS), a la que la Armada Española ha acudido por décimo año con la meta de cooperar con los países ribereños y mejorar su seguridad marítima.

En una entrevista con Efe, Servera, quien forma parte de la Reserva Voluntaria desde 2007, relata el "invisible", de cara a la sociedad, pero "fundamental" cometido que ha llevado a cabo como sanitaria junto a las Fuerzas Armadas entre los meses de abril y junio, en el marco del Plan de Diplomacia de la Defensa.

"A los médicos militares no se nos ve, pero somos los cimientos de cualquier misión y saber que estamos da confianza y estabilidad. Lo mejor es que no se note que estamos, pero sobre todo, que no se nos necesite", explica la teniente médico aragonesa, quien también fue activada de febrero a junio de 2016 para integrar la anterior etapa del mandato español en las aguas del continente negro.

La iniciativa APS, nacida en 2008, busca la formación militar de las marinas de los Estados de África Occidental, sin experiencia defensiva, de manera que éstos sean capaces de asegurar las aguas para sus intereses, así como los de la flota pesquera y mercante española, cuyo tránsito por el Golfo de Guinea es muy significativo.

Como si de un "programa de intercambio", en palabras de Servera, se tratase, la Armada provee de adiestramiento castrense -buceo, lucha contra la piratería, seguridad interior, códigos marinos...- a los militares locales desde buques españoles, como los patrulleros de altura "Atalaya" (P-74) y "Vigía" (P-73), este último, su hogar y el de una dotación de unos 50 efectivos en su última activación.

A bordo, el control sanitario del agua, la higiene ambiental y el control y asistencia a las bajas han sido sus principales responsabilidades médicas, tareas para las que se instruyó en el "duro" Curso de Soporte Vital Avanzado en Combate y que, lamenta, adolecen de falta de personal a causa de la "optimización de recursos" que sufre el servicio público.

"Se debería disponer siempre de más sanitarios, sobre todo cuando las misiones nos llevan muy lejos, pero se suele llevar a los efectivos mínimos necesarios. No obstante, en momentos de necesidad médica, la responsabilidad y el mando recaen sobre los sanitarios", afirma Servera, quien sí aplaude la "buena" logística del buque (cuenta con un hospital completo).

Pese a las dificultades, la zaragozana pone de relieve el "trato cordial y respetuoso" que, como reservista voluntaria, le han brindado los efectivos titulares en las ocho activaciones que forman su hoja de servicios, y confiesa que las palabras recibidas siempre de sus superiores han sido "de agradecimiento" por haberse unido a las Fuerzas Armadas.

"En la vida civil, soy funcionaria del Gobierno de Aragón, pero cuando Defensa me activa soy tan militar como el resto. Lo más importante es que nunca ha habido diferencia alguna con el resto de mis compañeros", subraya Servera, que ejerce actualmente en las Consultas de Viajeros Internacionales del Departamento de Sanidad.

Igualmente, prosigue, el reconocimiento de su labor en el Ejército fuera del ámbito castrense oscila entre la "envidia sana" y el "desconocimiento" social.

"Aunque siempre he podido conciliar mi trabajo con las activaciones, la sustitución de mi puesto de trabajo cuando paso a la vida militar no se ha resuelto por motivos burocráticos, con los consiguientes malentendidos y prejuicios. Sin embargo, no dejo que ello me afecte", apostilla.

En su caso, su adhesión a la Reserva Voluntaria en el área de Cuerpos Comunes (Sanidad) se produjo "por casualidad", además de por una condición de servicio a los demás que siempre ha estado arraigada en su espíritu y que, durante dos décadas, la ha llevado a unirse como médica voluntaria a diversos programas de colectivos humanitarios por 15 países de África y América del Sur.

"Lo importante siempre es ser uno más y hacer bien el trabajo cotidiano, el destino es secundario. Cada uno dignifica su trabajo, y no al revés, gracias a valores como, por ejemplo, el compañerismo, y otros poco habituales en la vida", asegura Servera.

La teniente médico cumple este año una década en el Ejército, cuya "dedicación, profesionalidad y respeto en el exterior" estima que "deberían ser más conocidos" por la ciudadanía, un horizonte que otea con escepticismo: "La mayoría de las personas desconocen lo que hacen las Fuerzas Armadas, tanto fuera como dentro".

Por el contrario, la reservista zaragozana recuerda con cariño que los españoles son llamados "los africanos de Europa" en los países de África donde hay misiones desplegadas, como el proyecto humanitario que emprenderá, ya como civil, el próximo 18 de septiembre en Marruecos con las Hermanas de San Vicente de Paúl.