-¿Cómo valora las denuncias del sindicato médico acerca del cierre de consultas por la falta de efectivos en verano?

-Estoy preocupada, aunque no sorprendida porque esto es algo que se va anunciando desde hace tiempo. Estamos teniendo dificultades para cubrir a los profesionales porque no hay, pero es que siguen saliendo fuera del país en muchos casos. De hecho, este año, hasta junio, se han ido 40 al extranjero, la mitad de ellos a trabajar, pero las cifras son aún más alarmantes en lo que a la OMC se refiere, ya que dice que el 75% de los que salen lo hacen por motivos laborales buscando trabajo y muchos se quedarán allí. Son estancias prolongadas de médicos que ya no vuelven y esto es algo que, teniendo en cuenta los problemas que sufrimos aquí para cubrir, por ejemplo, puestos en hospitales, es muy preocupante.

-Sostiene Cemsatse que lo que está pasando este verano no se había producido jamás….

-La situación se ha ido agravando a lo largo del tiempo. Primero hubo una reducción muy importante de profesionales por la jubilación forzosa a los 65 años. Después se rectificó y se aprobó prolongar el servicio activo hasta los 67, pero la gente no se quiere quedar y se retira. Estamos rodeados de comunidades que tienen una proyección y situación sanitaria mucho más afianzada que la nuestra porque llevan mucho tiempo con una política sanitaria más coherente.

-Política y sanidad….

-Aquí no se puede plantear a largo plazo ninguna medida cuando todo depende de la política. Eso es un grave error que hace que no haya planificación y genera esos problemas porque no sabes lo que vas a jubilar ni evitas que la gente se vaya a otros sitios con más estabilidad donde realmente hay pocos pero cuyos gobiernos atraen a los profesionales. Por ejemplo, en País Vasco hay contratos por más tiempo y con mejores retribuciones. Es decir, en sanidad hay muchas diferencias entre unas comunidades y otras.

-¿Ya han expuesto esto a la nueva consejera?

-Estamos esperando que quiera hablar con nosotros. Tiene la agenda comprometida con muchas comparecencias y ya está lo así. Estamos en otra carrera y eso es lo que me preocupa porque el tiempo pasa rápido y con un año de antelación ya empieza la carrera otra vez. Eso es un problema grave. Se debe desvincular la sanidad de la política y la única manera es hacer un pacto por la sanidad y tener claro que los puestos dentro de la sanidad son puestos de gente técnica que deben ser ocupados por sanitarios técnicos, no porque hayas estado en un sitio u otro. Los macro son ingobernables.

-¿Para ser consejero de Sanidad se debe ser sanitario?

-Sí. El mundo de la salud lo entiende el sanitario. El economista entiende de economía, que está vinculada a la sanidad pero no todo es económico. Es el profesional quien valora el beneficio y el coste a la hora de tomar una decisión y no otra. A lo mejor dejamos de operar tanto juanete o va rices y decimos que no pasa nada por no llevar zapatos de tacón y recomendar el uso de calzado ortopédico porque quizá no podemos hacerlo. Eso es lo que tiene que valorar el profesional. Cualquiera con dos dedos de frente piensa que no tiene que ser del mismo material la prótesis de cadera que se implanta a los 90 que a uno de 45 porque a este le tiene que durar más tiempo. Eso es difícil que lo valore un economista o un abogado. Todos podemos aprender de todo, pero el mayor conocimiento es de un profesional sanitario.

-¿Cuántos médicos se marchan de Aragón?

-Durante el primer semestre de este año se han ido de nuestra comunidad a otra un total de 58 profesionales. Además, hemos tenido 14 jubilaciones totales (médicos que se retiran de la sanidad pública y no siguen en la privada), que se suman a esos 58 y a los 20 que se van al extranjero. Y apenas se han dado de alta 37 dades. Los números son muy tozudos y son el síntoma de que algo está pasando y hay que tomar cartas en el asunto porque, si no, va a haber serios problemas. Pero cada medida que se toma aquí cuesta demasiado tiempo ejecutarla. Por ejemplo, la próxima Oferta Pública de Empleo. Seguro que a principios del próximo año seguimos sin toma de posesión. La maquinaria es lenta y actúa tarde.

-Entonces, ¿por dónde pasan las posibles soluciones?

-La más importante es la planificación de las necesidades y que los políticos tengan el valor de afrontar lo que tienen que hace Quizá hay que decirle al usuario que no pueden tener todo en la puerta y contarle, asimismo, lo que pueden disponer a cambio. Por ejemplo, que pueden no tener una ecografía o una radiografía en la puerta de casa y tenga que desplazarse a algún sitio, pero, a cambio, sí pueda disponer de lo último en tecnología diagnóstica o radioterapia. Eso al ciudadano se le explica y lo entiende, pero para los políticos es complicado porque estas decisiones llevan consigo un rédito político que no es bien entendido por ellos.

-¿Su disgusto es el de toda la profesión?

-Se está desorientando al profesional y está muy decepcionado porque, además, las soluciones que se buscan dan terror. Como las homologaciones exprés. Ir a buscar profesionales fuera me pone los pelos como escarpias. Hemos gastado mucho en formación de profesionales que ahora se están marchando. Y las homologaciones requieren de un filtro muy severo. Pero la cuestión es que la formación tipo MIR que tenemos aquí no está muy extendida. Por supuesto, no está implantada en Latinoamérica y en los países del Este lo está con deficiencias. Los niveles de formación tienen que ser adecuados y no exprés y esto me preocupa muchísimo porque de ahí nace el nivel de salud de los pacientes.

-¿Entiende que el sindicato médico valore la posibilidad de una huelga?

-Es una opción, pero debe ser siempre la última a adoptar. Hay otras que son más fáciles de asumir pero tenemos que seguir insistiendo a la Administración que esto no se puede mantener porque las cosas no pueden seguir así. Aquí cada comunidad autónoma va a la suya y el Consejo Interterritorial ni está ni se le espera.