--Usted no estuvo en su inicio.

--No. Estudié enología y me incorporé hace veinte años. Y soy presidente desde junio del 2013.

--¿Cuántos enólogos debe haber en Aragón?

--En la asociación somos 60, pero hay más. Uno de los objetivos es captar al resto. Velamos por la defensa jurídica y el reconocimiento de la profesión.

--¿Están bien considerados? ¿tienen problemas?

--En principio somos un colectivo que dentro del mundo de la farándula del mundo del vino, somos los técnicos y los que sabemos lo que es el vino.

--¿Por qué dice lo de la farándula?

--Es necesario que haya espectáculo, marketing, pero en los últimos tiempos se ha abusado: cualquiera entiende de vino y no es así.

--Es cierto que alrededor del vino, en a penas diez años, ha habido mucha tontería.

--Así es; lo más importante ante el mundo del vino es la prudencia. Es lógico también cierta parte de espectáculo, porque todas las piezas son importantes, pero de la misma forma que el enólogo no invade competencias del jefe de sala, que no lo hagan con la ciencia de la enología.

--El gurú Peñín me dijo: hoy para tener un vino malo hay que hacerlo a posta.

--Depende. De uvas buenas sacas un buen vino, de uvas malas, es imposible. Y por otro lado, que es lo que creo que quería decir Peñín, que si tienes un buen producto, no lo estropees.

--¿Un enólogo es un poco artista?

--Sí. La formación técnica es fundamental pero lo que diferencia a los profesionales es el aporte personal de cada uno... También depende de la empresa; unas te permiten cierto riesgo y otras te exigen seguridad.

--¿Y se ficha como a los futbolistas?

--Hay gurús reconocidos internacionalmente... Estos años atrás, cuando había mucho dinero, aterrizaba alguno. Pero los enólogos aragoneses tienen buena reputación; los premios de los vinos aragoneses lo dicen.

--Es cierto.

--Los premios indican algo. Los enólogos aragoneses tienen mucho prestigio a nivel internacional.

--A lo mejor no es por ustedes, es por la uva...

--(risas) Por eso hace veinte años monté la asociación cultural la Garnacha, porque estaba convencido de la calidad de esta uva.

--¿Hacia qué vino vamos?

--Un vino bien presentado en su color, que respete la fruta, con pinceladas de barrica, y que en la boca tenga un paso fácil. Que sea redondo.